Zsolt Limperger

Escrito el jueves, 16 de abril de 2009 ·

Decía en una entrada anterior que Georg Mogoi, húngaro de nacionalidad, fue el primer extranjero que visitó la elástica del Mallorca. Pues bien, tras él llegaron Czoka, Daucik y, veintisiete años después, recaló en la isla el centrocampista defensivo Zsolt Limperger, nacido el 13 de septiembre de 1968 en Pápa. Otro de esos jugadores extranjeros que pasaron sin pena ni gloria por nuestro club y que tanto me gusta recordar. Las prestaciones de Limperger siempre parecieron estar por debajo de sus posibilidades, siempre pareció ser mejor de lo que era, claro que igual eran imaginaciones nuestras que deseábamos un centrocampista defensivo poderoso y con don de mando y los 185 centímetros del húngaro parecían una buena carta de presentación. Pero vayamos por partes.

Zsolt Limperger se inició en el fútbol profesional en el Ferencvaros de Budapest, club al que perteneció desde 1984 hasta 1991 y, en una segunda etapa, de 1996 a 1998, jugando 126 partidos, anotando 8 goles y ganando la liga de 1996 y la Copa de 1991. En 1987 formó parte de la selección húngara sub-17 que participó en la fase final del Campeonato del Mundo en China, pero comparado con los Fernando Redondo, Fernando Cáceres, Erwin "Platini" Sánchez o Mauricio Ganz, poca atención mediática atrajo el 8 de los magiares. Con la selección absoluta de su país fue 22 veces internacional, anotando 1 gol en un partido amistoso contra Estados Unidos el 20 de marzo de 1990. En 1991 fichó por el Burgos donde debutó en Primera División en un partido contra el Atlético de Madrid. Estuvo en el Burgos hasta la temporada 1993/1994 disputando un total de 71 partidos y anotando 9 goles. En el mercado de invierno de 1994, habiendo marcado ya 6 goles en Segunda División en 13 partidos, recaló en el Celta, cedido para cubrir la baja del brasileño Luisinho. El Celta pagó 13 millones de pesetas por su cesión y 13 fueron los minutos que vistió la zamarreta viguesa en toda su carrera deportiva, pues a los trece minutos del partido de su debut se rompió el tendón de aquiles y se pasó el resto de la temporada y la mitad de la siguiente en blanco.

El 18 de enero de 1995 fue presentado por el Mallorca, que se lo trajo de Vigo, y debutó el 29 de enero de ese mismo año en el partido que perdimos 4-3 en San Mamés frente al Bilbao Ath. Esa primera media temporada no consiguió hacerse con un hueco en el once titular y su participación se redujo a 11 partidos sin gol. La temporada siguiente, la 1995/1996 se hizo con la titularidad y, después de haber disputado 11 partidos y anotado 2 goles, tuvo la mala fortuna de lesionarse en la rodilla a finales de noviembre y perderse el resto de temporada tras tener que pasar por el quirófano. En el Mallorca, como ya he dicho, no hizo gran cosa, pero dejó una duda de si en realidad su potencial podría haber sido mucho mayor de haber tenido más suerte con las lesiones. Salvando las distancias podría haber sido nuestro Harold Lozano casi diez años antes de descubrir al colombiano.

Al finalizar la temporada volvió a su país para fichar por el Ferencvaros, donde apenas pudo jugar 14 partidos, anotando 2 goles, en la temporada 1996/1997 y 4 partidos, sin goles, en la siguiente que fue su última temporada en activo, la 1997/1998.

3 comentarios:

Gontxo dijo...
16 de abril de 2009, 1:34  

Este es más cercano jeje. De las priemras temporadas en las que yo seguía el Mallorca como podía. Recuerdo su fichaje a mitad de campaña, pero no que viniese del Celta y que estuviese en el Burgos, la verdad.

Ese 4-3 contra el Bilbao B, fue curioso el Mallorca perdía 4-0 y marcó 3 goles en 10 minutos... aunque al final para nada. Creo que Limperger ese año anotó un gol en Copa, que el Mallorca llegó hasta cuartos estando en Segunda división y adoble partido.

El año siguiente, es cierto que anotó dos goles, pero ambos d epenalty. Pero tuvo bastante presencia era un buen futbolista, un medio centro solvente. No sabía donde se había marchado después de que se le diera la baja.

Gran historia Xesc

Philip Werner dijo...
24 de abril de 2009, 9:42  

Gran blog, cuantas historias - gracias!

En cuanto a Limpberger, me acuerdo que en su epoca mallorquina el nombre encima de su dorsal era "Limpi" - por falta de letras o por ser demasiado largo, me imagino.

francis dijo...
14 de abril de 2010, 21:07  

Hola Xesc,

Estuve mirando sitios sobre los clubes Hungàros.
Yo fue la persona quien llevo a Limpy para España del Ferencvaros. Lo hice como intermediario con un amigo quièn es ahora entrenador de primera. Llèvar a Limpy para España no fue facil. En aquellos tiempos tuvimos que "manejar" la Federacion Hungara y el
FTC. La época fue diferente. Fueron los años 90.
Me acuerdo que estuve esperandolé en Barajas cuanda iba bajar el avion. Y tuvimos un problema muy gordo: la prensa. Allí estaban esperando camaras y periodistas de Marca, As ,
El Mundo Deportivo, TVE1 o 2, etcetera y yo no habia previsto esó.
Como 'fugitivos' fuimos a dos BMW que yo habia
preparado para irnos para Burgos. Y nos fuimos.
Como ya era tarde la primera visita - disculpemenmé pienso que era "El Plantio" (???)-
fue muy brève con el Señor Martinez Laredo, José Manuel Fernandez y Diaz Novoa. Para los dos ultimos, no tengo mucho respeto. Pero eso es
personal.
Pero la anecdota de esa noche , es lo màs guapo.
Limpy me cogió por el brazo y me dijó en inglès:
"Francis, we go , nos vamos ya..." . Yo le dije,
que no hubo problema pero otra vez estuvimos con la prensa. Pero yo tenia mi propria coche al
otro lado del estadio. Asi nos 'escapamos'. Dormimos en el mismo hotel, asi yo no vi el problema.
Puès nos fuimos del estadio y yo pregunté a Limpy si pasaba algo ? Limpy me dijo: " Buscamé una farmacia...". No voy a romantizar lo que pasó, pero en el coche Limpy me hice referencia a su recièn nacida hija. Me fue con Limpy a la
farmacia y tuvo que llenar mi coche con...pañales. No teniàn esa calidad en Budapest. Fue una de las cosas que encuentras
con futbolistas pero sin olvidarlo. Limpy es y
sigue siendo una gran persona como tecnico de losb Juveniles del FTC. Y es un monumento del fùtbol magyar.

Francis Dewitte, Amberes, Bélgica,14/04/2010
francis.dewitte@mail.be

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Hay cosas que intento olvidar pero no puedo. Mi memoria me persigue. Soy seguidor del Real Club Deportivo Mallorca desde el año 1980. Soy tan idiota que soy capaz de recordar goles, alineaciones, partidos y anécdotas varias de todos estos años. Mi novia dice que si hicieran un concurso sobre la historia y anécdotas del Mallorca lo ganaría sin ninguna duda. Pero yo creo que hay gente que sabe mucho más que yo. Y, además, soy tan tonto que mi única pena es no haber visto jugar a mi equipo en la mítica campaña de Tercera División. Yo me incorporé en Segunda B, aunque de niño recuerdo haber visto mi primer partido en el Lluís Sitjar el 26 de mayo de 1974, un famoso (¿solo para mí?) Mallorca - 1 Burgos - 0 de la última jornada de esa temporada en el que nos jugábamos salvarnos de la promoción de descenso a Tercera Divisón. Aunque tengo buena memoria, para algunas fechas y datos tengo que tirar de hemeroteca. Espero que disfrutéis conmigo de este viaje por mi historia ...

¿Un partido memorable?

Nick Hornby, en su libro "Fiebre en las gradas", radiografió perfectamente los 7 ingredientes que un partido de fútbol puede tener para que pase a tener la consideración de memorable y pase a engrosar la lista de partidos que se recuerdan para siempre. Puede aparecer un solo ingrediente o varios juntos.
1. Goles. Tantos como sea posible que uno recuerda mejor un 7-1 que un 1-0.
2. Lamentables errores arbitrales. Y mejor que mi equipo sea la víctima de los mismos, le da más dramatismo.
3. Un público bullicioso. Por ejemplo, el calor de la grada al remontar un 0-2 es algo incomensurable.
4. Condiciones meteorológicas adversas. El barro, la lluvia, el frío extremo hacen los partidos más heróicos.
5. Que el rival falle un penalti. Y si es decisivo, mejor.
6. Que un jugador contrario sea expulsado. Siempre que no sea demasiado pronto, porque esas deslucen el partido.
7. Algún tipo de incidente desgraciado. Y aquí entramos en un resbaladizo terreno moral.

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