José Alberto Izquierdo Valentín

Escrito el jueves, 3 de febrero de 2011 ·

22 de mayo de 1983, treinta mil espectadores del estadio de Riazor en la Coruña están viviendo un funeral entre incrédulos e indignados por la derrota que ha sufrido su Depor frente al Rayo Vallecano que le priva del ascenso a Primera División en favor del Mallorca que también ha perdido 1-0 en el Santiago Bernabéu ante el Castilla. Pero no todo el campo es un funeral, hay dos jugadores franjirojos que pueden estar especialmente contentos (aunque ellos aún no lo sepan) en el estadio deportivista. Son Jesús García Jiménez y José Alberto Izquierdo Valentín.

Las malas lenguas dicen que, como premio por su victoria en Riazor, el Mallorca los fichó a ambos en el tórrido verano de 1983 ofreciéndoles un contrato de cinco temporadas. Para hacerlo abonó 15 millones al Rayo Vallecano. José Alberto Valentín Izquierdo, había nacido en Madrid el 11 de abril de 1960. Formado futbolísticamente en el Carabanchel, era el lateral derecho titular del equipo de Vallecas. Inconfundible por su frondosa barba se encontró durante su primera temporada con el lateral derecho "tomado" por el Torito Zuviría, así que tuvo que buscarse un hueco en el lateral zurdo del once de Koldo Aguirre (y luego Marcel Domingo) a pesar de ser diestro cerrado. Su rendimiento individual estaba siendo excelente e incluso se estaba rumoreando en Palma una inminente convocatoria para la selección nacional. Para los que no llegaron a verlo jugar era una versión "antigua" de Olaizola: férreo marcador, no exento de velocidad, que se encontraba muy incómodo en el campo contrario. Había disputado 23 partidos, todos como titular, cuando en el mes de febrero de 1984 fue sometido a una revisión por los médicos del club. Se le efectuaron unos electrocardiogramas en la Policlínica Miramar y en estos se observaron unas anomalías cardíacas. El doctor Dalmau, de la Policlínica Miramar manifestaba que "el jugador acudió a la clínica por un problema muscular sin demasiada importancia. Observada esta anomalía, que parece ser una enfermedad cardíaca, se le ha ordenado reposo absoluto en espera de próximos cardiogramas". Izquierdo se fue a Madrid a realizarse más pruebas y exámenes de la mano del doctor Asín Cardiel y, las noticias que llegaban los primeros días eran de una posible reincorporación inmediata del bravo lateral mallorquinista a los entrenos, pues aún sin conocer los resultados oficiales de las pruebas el citado doctor le habría comentado a Izquierdo que "por ahora tiene un noventa por ciento de posibilidades de volver a jugar al fútbol". El viernes 24 de febrero de 1984 le realizaron una prueba concluyente de esfuerzo con bicicleta. El resultado definitivo se conoció el 5 de marzo y el doctor Cardiel era tajante: "Alberto Izquierdo no podrá jugar más al fútbol. Tiene unas alteraciones en el corazón en mayor grado que la del resto de deportistas que le harían correr riesgos en caso de que siguiera entrenando o practicando deporte de competición. Por ello se aconseja que el jugador deje el fútbol, pudiéndose replantear este hecho en caso de que próximas pruebas a realizar en un futuro den resultados más esperanzadores". Izquierdo, por su parte, entre resignado y luchador decía que "me gustaría seguir jugando al fútbol, pero no lo haré si en ello corre riesgo mi vida". José Alberto Izquierdo, conocido en el gol sur como "El Turco", había disputado su último partido el 12 de febrero de 1984, en la victoria por 3-0 frente a Osasuna.

El Mallorca acabó descendiendo a Segunda División, pero Izquierdo ganó su batalla particular contra la dolencia cardíaca que le afectaba. El 26 de abril de 1985 saltaba la noticia de que podría volver a jugar al fútbol tras haber estado más de un año inactivo a causa de una cardiopatía. Había sido revisado por varias clínicas españolas e italianas y, según expresaba el doctor Casares del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo de Barcelona, las pruebas hemodinámicas que le habían efectuado eran positivas. En breve podría reincorporarse a los entrenamientos del Mallorca (que no le había dado de baja) y reaparecer en menos de dos meses. Aún así, como no era cuestión de acortar los plazos, no pudo jugar ni un solo minuto en la temporada 1984/1985 y su redebut se produjo el 10 de agosto de 1985 durante el Trofeo Ciudad de Palma, en el partido por el tercer y cuarto puesto frente al Sporting de Gijón. Durante esa temporada del ascenso, Izquierdo no disputó su primer partido hasta la jornada 5ª en el campo del Recreativo de Huelva. La competencia con Chano de nuevo lo llevó al lateral izquierdo durante muchos partidos y no fue hasta la recta final de la temporada que pudo jugar en el lateral derecho. Todos tenemos en la retina el partido del ascenso en Logroño y a Izquierdo con el dorsal nº 2. Esa temporada disputó 21 partidos, de los cuales 17 como titular. Vio 3 tarjetas amarillas y la única tarjeta roja de su carrera deportiva en el Mallorca.

La temporada 1986/1987, en Primera División, la famosa e histórica temporada del play-off, se hizo dueño del lateral derecho mallorquinista. Tan solo se perdió un par de partidos por una afección bronquial. En total disputó 39 partidos en los que únicamente cosechó 2 tarjetas amarillas. Su único "pero" fue formar parte del equipo que fue derrotado por 7-1 en Anoeta en el último (e intrascendente para el Mallorca) partido de la liga regular.

La temporada 1987/1988 era la última que tenía firmada como jugador mallorquinista. Antes de iniciarse la temporada las expectativas eran máximas, el Mallorca se había reforzado como nunca antes para pelear por las posiciones europeas. Nada más lejos de la realidad, claro. Izquierdo no consiguió la titularidad indiscutible en esa estrambótica temporada que finalizó con el descenso a Segunda División tras la fatídica promoción frente al Oviedo. Esa temporada Izquierdo disputó 26 partidos viendo 4 tarjetas amarillas. La temporada también fue "sufrida" para Izquierdo, al que dejaron de alinear durante un tiempo por que se dijo que ya había firmado por otro club (el Sabadell) para la siguiente temporada.

Tras el desastre frente al Oviedo el Mallorca le comunicó a Izquierdo que no contaba con él para la próxima temporada y el bravo lateral madrileño se despedía de esta forma: "Me hubiera gustado seguir aquí, son cinco años que llevo en el Mallorca y me encontraba muy a gusto aquí. Pero el fútbol es así, ya lo sé. Por eso quiero aprovechar los años que me queden e irme a un club que me pague bien". Ese club fue el Sabadell. Indicaba también que "cierto que el Sabadell anda tras de mi hace hace meses y no hay que ocultarlo, aunque me perjudicó en su día, pues fui apartado del equipo bermellón. Luego recapacitaron, les hice falta y volvieron a alinearme". Finalmente, como estaba cantado, el 9 de junio de 1988 firmó contrato con los arlequinados, que le firmaron por tres temporadas y un sueldo de 14 millones de pesetas.

Esta fue la historia mallorquinista de José Alberto Izquierdo Valentín, un jugador que tuvo que dejar la práctica del fútbol durante más de un año cuando estaba a punto de entrar en la selección española y que pudo volver a jugar tras superar sus problemas cardíacos. "El Turco" fue uno de esos primeros ídolos del gol sur del Lluís Sitjar, un jugador que por su entrega y pundonor dejó huella en todos cuantos le vimos jugar.

1 comentarios:

Gontxo dijo...
4 de febrero de 2011, 16:21  

Fijate, siempre he oido hablar mucho de este futbolista y ensalzarlo mucho y no tenía ni idea de su trayectoria, ni de su año en blanco por problemas con el corazón. Una pena.

Puedo hacer una pregunta un poco malevola. Las malas lenguas dicen sobre su motivación frente al Depor... Es posible, claro que sí. Como se puede permitir dudar de la manera de borrarse de Borja Valero en Riazor, aunque a mi me viene a la mente cuando Morales y Kientz, después de no subir se comprometieron con el Logroñeés. Y estos estaban libres de toda duda. Morales hizo el gol en Getafe y jugaron la promoción con firmeza... Pero sí, estas cosas dan que pensar...

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NO PUEDO ASEGURAR UN RITMO CONSTANTE DE ESCRITURA, HAGO LO QUE PUEDO CUANDO PUEDO. PACIENCIA. SALUD.


Hay cosas que intento olvidar pero no puedo. Mi memoria me persigue. Soy seguidor del Real Club Deportivo Mallorca desde el año 1980. Soy tan idiota que soy capaz de recordar goles, alineaciones, partidos y anécdotas varias de todos estos años. Mi novia dice que si hicieran un concurso sobre la historia y anécdotas del Mallorca lo ganaría sin ninguna duda. Pero yo creo que hay gente que sabe mucho más que yo. Y, además, soy tan tonto que mi única pena es no haber visto jugar a mi equipo en la mítica campaña de Tercera División. Yo me incorporé en Segunda B, aunque de niño recuerdo haber visto mi primer partido en el Lluís Sitjar el 26 de mayo de 1974, un famoso (¿solo para mí?) Mallorca - 1 Burgos - 0 de la última jornada de esa temporada en el que nos jugábamos salvarnos de la promoción de descenso a Tercera Divisón. Aunque tengo buena memoria, para algunas fechas y datos tengo que tirar de hemeroteca. Espero que disfrutéis conmigo de este viaje por mi historia ...

¿Un partido memorable?

Nick Hornby, en su libro "Fiebre en las gradas", radiografió perfectamente los 7 ingredientes que un partido de fútbol puede tener para que pase a tener la consideración de memorable y pase a engrosar la lista de partidos que se recuerdan para siempre. Puede aparecer un solo ingrediente o varios juntos.
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2. Lamentables errores arbitrales. Y mejor que mi equipo sea la víctima de los mismos, le da más dramatismo.
3. Un público bullicioso. Por ejemplo, el calor de la grada al remontar un 0-2 es algo incomensurable.
4. Condiciones meteorológicas adversas. El barro, la lluvia, el frío extremo hacen los partidos más heróicos.
5. Que el rival falle un penalti. Y si es decisivo, mejor.
6. Que un jugador contrario sea expulsado. Siempre que no sea demasiado pronto, porque esas deslucen el partido.
7. Algún tipo de incidente desgraciado. Y aquí entramos en un resbaladizo terreno moral.

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