Eran otros tiempos

Escrito el miércoles, 12 de marzo de 2014 ·

El 17 de diciembre de 1950 el Mallorca recibía en el Lluís Sitjar al C.D. Mestalla. Enfrascado en la aventura del ascenso a Primera División, la temporada estaba resultando decepcionante en lo deportivo, ya que el club decano no conseguía los resultados necesarios para lograrlo. En casa, el equipo entrenado por Satur Grech se mostraba bastante fuerte y goleador (Manolo Belenguer era en ese momento máximo goleador del grupo sur de Segunda División) y solo había cedido un empate frente al Atlético Tetuán, pero como visitante no conseguía sacar los suficientes positivos como para pensar en la primera plaza, que daba opción al ascenso. Tampoco en la parte institucional el club funcionaba mucho mejor y Juan de Vidal i Salvà ya había sustituído a Joaquín Fuster "Conde de Olocau" (que había sido nombrado presidente de la Federación Balear de Fútbol) al frente del club a lo largo de esa campaña.

D. Juan de Vidal, en los años 70
Pues bien, en esas estábamos cuando llegó el partido frente al Mestalla, que podía servir para engancharse a los puestos delanteros de la clasificación. El Mallorca formó ese domingo con Manzano, Moreno, Urcelay, Perales, Pomar, Ferrer, Mario, Sornichero, Manolo, Campos y Vidal. El gol de Sócrates para el Mestalla, indignó sobremanera al presidente mallorquinista Juan de Vidal, que veinticuatro horas después tomó la sorprendente decisión de multar a toda la plantilla, a excepción de los jugadores Moreno, Manolo y Vidal (que según él si se habían batido el cobre con arrojo y dignidad en la defensa de la camiseta encarnada), con el 50% del sueldo mensual. También el entrenador Satur Grech fue multado de idéntica manera por no haber propuesto para sanción a ninguno de sus jugadores en el anteriormente citado plazo de veinticuatro horas.

La decisión fue acatada sin protesta alguna por los futbolistas y el entrenador ya que, tal y como se expresa en el título del post, eran otros tiempos.

2 comentarios:

Jose MME dijo...
12 de marzo de 2014, 12:40  

Con un Manzano en el equipo no podía salir nada bueno de ahí.

Xesc dijo...
12 de marzo de 2014, 14:02  

Manzano era un portero que se había fichado el verano anterior procedente del Cartagena.

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NO PUEDO ASEGURAR UN RITMO CONSTANTE DE ESCRITURA, HAGO LO QUE PUEDO CUANDO PUEDO. PACIENCIA. SALUD.


Hay cosas que intento olvidar pero no puedo. Mi memoria me persigue. Soy seguidor del Real Club Deportivo Mallorca desde el año 1980. Soy tan idiota que soy capaz de recordar goles, alineaciones, partidos y anécdotas varias de todos estos años. Mi novia dice que si hicieran un concurso sobre la historia y anécdotas del Mallorca lo ganaría sin ninguna duda. Pero yo creo que hay gente que sabe mucho más que yo. Y, además, soy tan tonto que mi única pena es no haber visto jugar a mi equipo en la mítica campaña de Tercera División. Yo me incorporé en Segunda B, aunque de niño recuerdo haber visto mi primer partido en el Lluís Sitjar el 26 de mayo de 1974, un famoso (¿solo para mí?) Mallorca - 1 Burgos - 0 de la última jornada de esa temporada en el que nos jugábamos salvarnos de la promoción de descenso a Tercera Divisón. Aunque tengo buena memoria, para algunas fechas y datos tengo que tirar de hemeroteca. Espero que disfrutéis conmigo de este viaje por mi historia ...

¿Un partido memorable?

Nick Hornby, en su libro "Fiebre en las gradas", radiografió perfectamente los 7 ingredientes que un partido de fútbol puede tener para que pase a tener la consideración de memorable y pase a engrosar la lista de partidos que se recuerdan para siempre. Puede aparecer un solo ingrediente o varios juntos.
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2. Lamentables errores arbitrales. Y mejor que mi equipo sea la víctima de los mismos, le da más dramatismo.
3. Un público bullicioso. Por ejemplo, el calor de la grada al remontar un 0-2 es algo incomensurable.
4. Condiciones meteorológicas adversas. El barro, la lluvia, el frío extremo hacen los partidos más heróicos.
5. Que el rival falle un penalti. Y si es decisivo, mejor.
6. Que un jugador contrario sea expulsado. Siempre que no sea demasiado pronto, porque esas deslucen el partido.
7. Algún tipo de incidente desgraciado. Y aquí entramos en un resbaladizo terreno moral.

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