La isla perdió la calma

Escrito el miércoles, 21 de octubre de 2009 ·


El 24 de enero de 1988 el Mallorca estaba con el agua al cuello como tantas y tantas veces en su historia en la Primera División. Teniendo una de las mejores plantillas de la historia (o eso se decía en aquél entonces) no se entendía su mala posición clasificatoria a punto de finalizar la primera vuelta. Cierto que la llegada en diciembre de García Cortés y Julio Llorente parecían haber apuntalado un poco el equipo y algunas victorias balsámicas como el 2-0 ante el Sporting o el 1-2 en Las Palmas habían hecho crecer la esperanza de reconducir la situación y conseguir una salvación tranquila.

Esa tarde Llorenç Serra Ferrer, para hacer frente a un Valencia que también llegaba bastante tocado, mandó al campo a Ezaki, Izquierdo, Llorente, Bernal, García Cortés, Nadal, Luis García, Orejuela, Álvaro, Higuera y Hassan. En el minuto 67 Trobiani sustituyó a Álvaro y en el 89 Magdaleno a Higuera. El árbitro era el ínclito Andújar Oliver, más conocido como míster rabillo, que dejó descontento a todos. Anuló un gol legal a Orejuela, se tragó un penalti en cada área, concedió el segundo gol del Mallorca en un claro fuera de juego y expulsó a Hassan por darle un codazo a un adversario. Empezó el partido muy bien el cuadro balear ya que en el minuto 5 Higuera ya había adelantado a los locales. En el 40 Hassan, en fuera de juego, aprovechando un jugadón de Higuera anotó el 2-0. Al salvar Luis García un gol sobre la línea de gol en los últimos instantes de la primera parte parecía que el Valencia había quemado todas sus naves y todo hacía indicar que sería una tarde plácida en el Sitjar, bastaba con administrar la ventaja ante un nervioso Valencia durante toda la segunda parte.


Nada más lejos de la realidad. En el minuto 14 de la segunda parte y con una falta a favor a Hassan Faddil se le cruzan los cables y arrea un puñetazo a un jugador che. El árbitro, que no pasaba por allí, si no que estaba justo sobre la jugada, en su única decisión acertada de toda la tarde, lo mandó a los vestuarios con total justeza, ante la extrañeza y el enfado de sus propios compañeros. A partir de ahí, el drama para el Mallorca. Primero Andújar Oliver anula un gol legal a Orejuela que suponía el 3-0. Luego Nando (un jugador muy poco querido por el Lluís Sitjar en esa época) acorta distancias en el minuto 68. En el minuto 80 Fernando, aprovechando un error de García Cortés empata y en el 91 un error de Julio Llorente posibilita a Madjer concluir la remontada y dejar el 2-3 definitivo en el marcador. Lo que había sido una tarde de fiesta para cerca de 18.000 espectadores, con consignas desde el fondo sur del Lluís Sitjar para el Valencia de "a segunda, a segunda", acabó con el Mallorca con cuatro negativos al final de la primera vuelta.


Miguel Bernal dejó claro después del partido que había un brecha enorme en el vestuario al declarar sin tapujos que "suerte ha tenido de no estar en el vestuario al final del encuentro, porque no sé qué le hubiera podido llegar a decir. Ha jugado con nuestro dinero y con la afición. Y lo que es peor, no es la primera vez que lo hace". Serra Ferrer tampoco estaba de muy buen humor en la rueda de prensa, y al ser requerido por el viaje de Hassan a Marruecos para jugar con su selección dijo que "de Hassan ya hablaremos mañana. ¿Si ya se puede ir a Marruecos? Me parece haber dicho que de esto hablaremos mañana, ¿no? Desde luego su expulsión ha sido clave para que al final perdiéramos el partido".

Hassan se defendió ante los micrófonos de José María García el mismo domingo por la noche diciendo que "reconozco mi error, perdí los nervios. Ahora bien, no hay para tanto, ¿que dicen que me van a abrir expediente o me apartarán del equipo? Lo segundo sería una injusticia como una casa. Yo cometí una falta que era merecedora de tarjeta amarilla pero el colegiado tuvo también mucha culpa. Estos arbitrajes no pueden darse, son un cachondeo. Dan mala imagen al fútbol español. A mí me estuvieron dando patadas toda la tarde y el señor ese no decía nada. Y yo por darle un pequeño empujón a un jugador que me escupía e insultaba, viene corriendo, me grita ¡a la calle! y perjudica con eso al Mallorca". Incluso el racismo era puesto como excusa por Hassan "me tienen manía porque soy moro". El Mallorca le abrió un expediente disciplinario por la expulsión.

Lejos de intentar sofocar el incendio, desde Marruecos llegaron unas polémicas declaraciones de Ezaki defendiendo a Hassan y declarándole la guerra a Bernal, algo así como que "lo que ha dicho (Bernal) es incalificable y más cuando los tres goles del Valencia fueron por su culpa, porque no supo colocarse bien y fue mal al cruce. Yo he encajado tantos de mierda y jamás he hablado mal de nadie. Hassan es imprescindible para el Mallorca, cosa que no ocurre con Bernal que es un jugador muy malo". O lindezas como "nuestra mala racha se debe a Bernal, que ha creado mal ambiente en torno a la plantilla. Está intentando sabotear a Hassan y al propio Serra Ferrer". Desde Mallorca estas declaraciones dejaron atónitos a todos sus compañeros, alguno como Magdaleno se extrañaba porque "a Ezaki lo tenía como un gran compañero, pero lo de hoy es gravísimo", Orejuela decía que "el domingo, cuando los tres se vean las caras será un momento tenso" e Higuera, práctico él, pensaba que "si quieren pegarse bofetadas que se las peguen, pero después del partido".

A pesar que ese mismo martes hubo una llamada teléfonica entre Bernal, Ezaki y Hassan en la que todos se pidieron perdón y se firmó una tregua, la herida no llegó a cicatrizar en toda la temporada y, meses después, en la fatídica promoción contra el Oviedo se produjo el fatal desenlace del descenso a Segunda División.

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Sobre esto

NO PUEDO ASEGURAR UN RITMO CONSTANTE DE ESCRITURA, HAGO LO QUE PUEDO CUANDO PUEDO. PACIENCIA. SALUD.


Hay cosas que intento olvidar pero no puedo. Mi memoria me persigue. Soy seguidor del Real Club Deportivo Mallorca desde el año 1980. Soy tan idiota que soy capaz de recordar goles, alineaciones, partidos y anécdotas varias de todos estos años. Mi novia dice que si hicieran un concurso sobre la historia y anécdotas del Mallorca lo ganaría sin ninguna duda. Pero yo creo que hay gente que sabe mucho más que yo. Y, además, soy tan tonto que mi única pena es no haber visto jugar a mi equipo en la mítica campaña de Tercera División. Yo me incorporé en Segunda B, aunque de niño recuerdo haber visto mi primer partido en el Lluís Sitjar el 26 de mayo de 1974, un famoso (¿solo para mí?) Mallorca - 1 Burgos - 0 de la última jornada de esa temporada en el que nos jugábamos salvarnos de la promoción de descenso a Tercera Divisón. Aunque tengo buena memoria, para algunas fechas y datos tengo que tirar de hemeroteca. Espero que disfrutéis conmigo de este viaje por mi historia ...

¿Un partido memorable?

Nick Hornby, en su libro "Fiebre en las gradas", radiografió perfectamente los 7 ingredientes que un partido de fútbol puede tener para que pase a tener la consideración de memorable y pase a engrosar la lista de partidos que se recuerdan para siempre. Puede aparecer un solo ingrediente o varios juntos.
1. Goles. Tantos como sea posible que uno recuerda mejor un 7-1 que un 1-0.
2. Lamentables errores arbitrales. Y mejor que mi equipo sea la víctima de los mismos, le da más dramatismo.
3. Un público bullicioso. Por ejemplo, el calor de la grada al remontar un 0-2 es algo incomensurable.
4. Condiciones meteorológicas adversas. El barro, la lluvia, el frío extremo hacen los partidos más heróicos.
5. Que el rival falle un penalti. Y si es decisivo, mejor.
6. Que un jugador contrario sea expulsado. Siempre que no sea demasiado pronto, porque esas deslucen el partido.
7. Algún tipo de incidente desgraciado. Y aquí entramos en un resbaladizo terreno moral.

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