El sábado 12 de junio de 1993 Llorenç Serra Ferrer es destituido de su cargo de entrenador del Mallorca tras caer derrotado 0-1 por el Villarreal. Le sustituye el sineuer Jaume Bauza, maestro de escuela de profesión hasta ese momento y antiguo jugador mallorquinista. Queda una jornada de liga y las posibilidades de ascenso directo del Mallorca son escasísimas: debe vencer en el campo del Mérida y esperar que el Valladolid pierda en el campo del Palamós y el Rácing de Santander en casa frente al Castellón, dos rivales que no se juegan nada. Por descontado la carambola no se da y el Mallorca ni siquiera es capaz de pasar del empate a cero en el terreno emeritense.
Sin embargo, el cuarto puesto final nos da la oportunidad de disputar la promoción de ascenso. Aunque antes del sorteo todo el mundo en el Mallorca prefiere como rival al Español (que viene de más a menos en la competición liguera), la suerte es más caprichosa y nos depara un enfrentamiento frente al Albacete que va de menos a más. El primer partido se dirimirá en el Lluís Sitjar el 23 de junio de 1993. Esa noche Jaume Bauza, ocupando el banquillo junto al ínclito Nando Pons, peca de ingenuo y paga la novatada en los banquillos cosechando una estrepitosa derrota por 1-3. Su apuesta por poblar el centro del campo con cinco jugadores y una mal entendida apuesta por los jugadores de la cantera, alineando a Sacarés y a Samper a costa de sacrificar a Luis Delgado y Milojevic hacen que el partido de vuelta se convierta en una misión casi imposible.
Tal es así que el Mallorca viaja el mismo día del partido, el miércoles 30 de junio de 1993, hacia la capital manchega. El Carlos Belmonte está engalanado para vivir la fiesta de la permanencia de su equipo. Nadie duda que el Albacete conservará la ventaja y conseguirá la permanencia. Sin embargo, Jaume Bauzà, en su primera demostración de aprender rápidamente de los erorres, ha estudiado perfectamente a su rival y no está dispuesto a arrojar la toalla tan fácilmente. De entrada, a las 21'30 horas, frente al tinerfeño Brito Arceo, alinea a Prats, Julián Ronda, Fradera, Sala, Soler, Pedraza, Stosic, Luis Delgado, Bogdanovic, Gálvez y Milojevic. Los jugadores mallorquinistas, tal y como demandaba su técnico, dejaron los nervios en la caseta y, con un juego primoroso, dejaron en evidencia al Albacete muy pronto, en el minuto 14, al culminar el zurdo Luis Delgado una gran asistencia de Milojevic. Con el Albacete convertido en un manojo de nervios que Víctor Espárrago desde la banda a penas podía manejar, una preciosa triangulación entre Bogdanovic y Milojevic acabó con el segundo gol mallorquinista en el minuto 22, obra final del fino centrocampista serbio. ¡Ver para creer! Las cámaras del Canal 33 catalán no mentían: el Mallorca había igualado la eliminatoria en poco más de veinte minutos y, lo mejor de todo, había superado al Albacete en todos los aspectos del juego. Pero el Mallorca era un vendaval y quería más. Gálvez, Fradera y Milojevic rozaron el tercer gol ante un Carlos Belmonte que se había quedado helado. La primera nota negativa del partido llegó en el minuto 37, cuando se lesionó el bueno de Ángel Pedraza y tuvo que ser sustituído por el murero Sacarés. Con estas se había llegado al tiempo de descuento de la primera parte y el Albacete lograba forzar un córner en una de sus primeras acciones de acercamiento a la meta de Prats de todo el partido. Brito Arceo dejaría sacarlo. Y Antonio, de cabeza, conseguía batir al gabellí y dejar un injusto 1-2 en el marcador en el descanso. Ese gol fue un duro golpe para los jugadores mallorquinistas, que perdieron el rumbo durante más de veinticinco minutos de la reanudación. El empate a dos rondó la portería de Prats en varias ocasiones, siempre en las botas de Antonio. En el 66 Bauzà decidió jugárselo el todo por el todo y metió en el campo al delantero gaditano José en lugar de un fundido Bogdanovic, perdiendo así creación pero ganando presencia en el área. En los últimos quince minutos el Mallorca se lanzó por el gol que le valiera una merecida prórroga y a punto estuvo de conseguirlo cuando Gálvez desaprovechó dos clamorosas ocasiones, una de ellas con balón al palo incluído. Para no faltar a la verdad, también el Albacete pudo marcar en varias ocasiones al final del partido merced al volcado hacia la portería manchega de los mallorquinistas. Cuando Brito Arceo señaló el final del partido los mallorquinistas nos quedamos atónitos intentando comprender cómo un equipo inferior nos había podido superar en la promoción. El presidente, Miquel Dalmau, tras el partido, esgrimía el muy manido comentario de que "hemos demostrado tener equipo para estar en primera". La verdad, consuelo de tontos.
En la otra eliminatoria, tal y como vaticinaban desde el Mallorca antes del sorteo, el equipo de Segunda, el Valladolid. sí consiguió cederle su plaza en la categoría de plata al Español.
2 comentarios:
Que bonitas eran las prmociones. Eso sí que era fútbol a vida o muerte.
Deberían volver a implantarse.
Buen artículo Xesc.
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