21 de noviembre de 1999, estadio de Montjuic, minuto 70. El Español va a lanzar un córner y, de repente, Serrano cae desplomado en el área del Mallorca, ¿qué ha pasado?
Para entenderlo todo un poco más debemos remontarnos a una semana antes. El 14 de noviembre el Español y la selección argentina juegan el partido del centenario de la entidad perica. En la portería de la selección argentina está nuestro querido Germán Burgos y en la delantera españolista Manuel Serrano, quienes durante toda la primera parte tienen un pique monumental, llegando el españolista a intentar agredir al portero de la albiazul.
Siete días más tarde el calendario, siempre tan caprichoso, quiere que el Mallorca visite Montjuic para disputar el partido de liga. Por la mañana había estado nevando en la montaña de Montjuic, lo que provocó la suspensión del partido matutino que debían celebrar el Espanyol B y el Girona. Así pues el partido de la tarde se celebró bajo un ambiente gélido. Serrano había empezado el partido en el banquillo, pero en el descanso Miguel Ángel Brindisi lo mandó al campo para intentar recomponer el 0-2 con el que estaba ganando el Mallorca. En su primera acción, en un salto con Burgos, ya le deja un recadito al portero mallorquinista, quien se lo devuelve en el minuto 70, a la salida del córner anteriormente descrito. Para el árbitro, Mejía Dávila, la acción pasa desapercibida, por lo que el cancerbero del Mallorca no es sancionado en el terreno de juego, aunque las cámaras de televisión lo dejan en evidencia en menos de diez segundos. Serrano debe ser sacado del terreno de juego al sufrir una conmoción cerebral leve. Los chivatos eran los recogepelotas, que lo habían visto todo: "Burgos le ha dado con el puño cerrado". En realidad su única secuela fue no poder usar la mandíbula correctamente durante unos días. El Espanyol, visto que el árbitro había pasado por alto la agresión en el acta, decidió denunciar el hecho ante el Comité de Competición, organismo que no tardó mucho en dilucidar la culpabilidad del portero del Mallorca y, aplicándole el artículo 123, apartado F, del Reglamento, fue sancionado con 11 partidos de suspensión, casi la máxima pena posible. El consejero delegado del Mallorca, Mateo Alemany y el abogado y vicepresidente, Joan Buades, expresaron su disconformidad con el fallo, calificándolo de “totalmente desproporcionado" arguyendo que "Burgos reaccionó de esa manera porque Serrano le ofendió gravemente al recordarle a su madre y tratarlo de ‘sudaca’, todo ello de un marcado cariz racista. Hay un efecto causal que explica su reacción pero el comité no lo ha tenido en cuenta”. El 16 de diciembre el Comité de Apelación ratificó la sanción. Burgos no jugó los partidos frente al FC Barcelona, Alavés, Oviedo, Ourense (dos partidos de Copa del Rey), Betis, Sevilla, Valladolid, Atlético de Madrid, Real Madrid y Rayo Vallecano.
Para la anécdota queda lo sucedido antes del partido de vuelta en el Ono Estadi. Al parecer los argentinos del Espanyol, Martín Posse y Pablo Cavallero habían advertido a la mujer de Manuel Serrano que los argentinos de Mallorca lo iban a apalizar al llegar a Mallorca. Germán Burgos estaba en el hotel concentrado cuando recibió una llamada. Era la mujer de Serrano que le pedía que, por favor, no agredieran a su marido en Mallorca. Dice Burgos que en ese momento se sintió Don Corleone y que ese mismo día fue a pedirle disculpas al túnel de vestuarios.
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