Marcel Domingo, nacido en Salin de Giraud (Francia) el 15 de junio de 1924, como entrenador, era chauvinista, carismático, excelente psicólogo y buen motivador. Había entrenado al Español, Las Palmas, Lleida, Córdoba, Granada, Atlético de Madrid (con el que ganó una liga), Málaga, Elche, Burgos, Valencia, de nuevo al Atlético de Madrid, Niza y Betis. Posteriormente al Mallorca entrenó al Nimes, Arlesien y Hércules. Anteriormente a su etapa como entrenador había sido un excéntrico pero buen guardameta que defendió, siempre que podía vestido de amarillo, los palos del Atlético de Madrid y del Español.
Marcel Domingo, con 58 años de edad, es presentado como nuevo entrenador del Mallorca por lo que resta de temporada el 20 de noviembre de 1983, el mismo día que con Llorenç Serra Ferrer en el banquillo del Mallorca por primera vez el club bermellón cae derrotado por 0-2 frente al Real Madrid, al haber destituido el Mallorca a Koldo Aguirre tras perder un partido amistoso del trofeo Dijous Bo frente al Constancia por penalties. Sus primeras declaraciones no tuvieron desperdicio: "Si el Mallorca no tuviera plantilla suficiente no habría aceptado el cargo" y "Soy el mejor. Si en España los aficionados eligieran a los entrenadores, el ochenta por ciento de españoles me hubieran llamado".
Su debut en partido oficial se produjo tres días más tarde en partido de Copa del Rey contra el Barcelona Atlético en el Mini Estadi. Antes del partido Marcel declaraba que "tan solo tenemos una opción, ganar". Sin embargo ocurrió todo lo contrario, el Mallorca cayó derrotado 2-0 y eliminado de la Copa. Marcel, a pesar de todo, no lo veía negro: "puedo asegurarles que mi equipo se salvará, algún detalle habrá que corregir, pero insisto que estoy muy contento del juego de mi equipo", "yo de ustedes no enterraría al Mallorca".
Su primera alegría llega el miércoles 14 de diciembre de 1983 cuando su Mallorca consigue la primera victoria de la temporada al derrotar por 2-1 a la Real Sociedad en una noche espectacular de Barrera. Tras empatar 1-1 en el difícil campo de La Romareda Marcel decía que "nos hemos puesto al nivel de los mejores equipos de España. No creo que haya muchos que logren arrancar un empate de La Romareda". El equipo parecía estar reaccionando tras la llegada del vehemente técnico francés. Sin embargo, una semana después, en el primer partido de la segunda vuelta el Salamanca vuelve a dejar en crisis a los bermellones y Marcel Domingo finaliza una agitada rueda de prensa post-partido en el viejo Lluís Sitjar con un puñetazo en la mesa y una amenaza para los periodistas: "a pesar de todo voy a salvar al Mallorca".
Marcel Domingo era un hombre que no entendía de paños calientes y declaraba cosas impensables en el fútbol actual refiriéndose a sus propios jugadores, frases como que "la forma de entender el fútbol por parte de Estella no encaja en mis esquemas". Tras conseguir el empate a uno en el Camp Nou no tuvo reparos en declarar que si él fuera el entrendor del Barça la liga sería "un paseo, ¡oigan! un paseo". Tras empatar 1-1 en casa frente al Atlético de Madrid criticó abiertamente al portero: "A Zubeldía le ha faltado autoridad en las salidas y los despejes".
Tras una serie de empates en casa, el Mallorca vence por 0-3 en el Molinón al Sporting y el domingo siguiente frente al Valladolid se jugará uno de esos partidos denominados "finales". El Mallorca empata a uno en el famoso partido en que la pared del foso del fondo sur se viene abajo y el gol polémico del Polilla Da Silva para los pucelanos. El partido es escandalosamente mal pitado por Sánchez Molina y Marcel Domingo estalla ante los periodistas: "el arbitraje español es una mierda", "aquí los árbitros buenos solo para el Madrid y el Barcelona. ¿Y nosotros qué? ¿somos una mierda o qué?". De resultas de ese partido el Comité de Competición le puso 10 partidos de sanción, 7 por zarandear a un linier y 3 por provocar la animosidad del público. Al conocer la sanción Marcel declaró pendenciero que "si en el fútbol español no hay justicia yo me la buscaré por otro lado". El Comité de Apelación ratificó días después la sanción, con lo que Marcel debió ver desde entonces los partidos desde la grada.
El 8 de abril de 1984, tras perder por 2-0 en Málaga, el Mallorca certificó su descenso a Segunda División. Ni Marcel Domingo había podido salvarlo. El 3 de mayo de 1984 el Mallorca le comunicó oficialmente que no contaba con él para la siguiente temporada. Como no podía ser de otra forma debido a su carácter, se despidió de la isla con algunas perlitas como "cuando llegué apenas si teníamos 15 balones para entrenar y carecíamos de porterías portátiles" y "no se puede hablar de formalidad de los directivos ya que es la tercera vez desde que entreno en España que no cumplen su promesa de renovarme el contrato". Sus números en la liga con el Mallorca fueron de 3 victorias, 11 empates y 8 derrotas.
Marcel Domingo se sentó por útlima vez en el banquillo del Mallorca el 9 de junio de 1984, en el partido de vuelta de los cuartos de final de Copa de la Liga en el Nou Camp, en que el Mallorca fue derrotado por penalties por el F.C. Barcelona. Y se despidió a lo grande con un "¡No me digan que he trabajado mal! Hagan un análisis del Mallorca de Koldo Aguirre y del equipo que dejo, en plena forma. Ya estoy cansado de que no se valore mi trabajo por culpa de lo mismo: cojes un equipo malo, de pacotilla, que no vale un duro, lo transformas y nadie te lo agradece. Me ocurrió en el Betis, en el Atlético de Madrid y ahora en el Mallorca. Allí tampoco han sabido apreciar mi trabajo. Me marcho disgustado porque no se han portado bien conmigo quienes tenian que hacerlo".
Y se dio media vuelta y se alejó mientras repetía "¡Au revoire!" "¡Au revoire!" como aquél que ya nunca más ha de volver a un lugar.
Sobre él, Paquete Higuera contaba años después que "recuerdo que nos hacía correr en Santa Ponça y algunos jugadores se escondían detrás de los matorrales porque como Marcel estaba viejo, no podía seguirles. Los momentos antes de los partidos eran un verdadero show, Marcel no explicaba ninguna táctica ni nada parecido, se limitaba a decir salgan a jugar y ni siquiera daba la alineación. Había jugadores que se ponían la camiseta de titular (antes los titulares llevaban del 1 al 11) porque llegaban primero y yo, como era el más joven (apenas tenía 17 años), tenía que calentar banquillo".
Sobre él, Paquete Higuera contaba años después que "recuerdo que nos hacía correr en Santa Ponça y algunos jugadores se escondían detrás de los matorrales porque como Marcel estaba viejo, no podía seguirles. Los momentos antes de los partidos eran un verdadero show, Marcel no explicaba ninguna táctica ni nada parecido, se limitaba a decir salgan a jugar y ni siquiera daba la alineación. Había jugadores que se ponían la camiseta de titular (antes los titulares llevaban del 1 al 11) porque llegaban primero y yo, como era el más joven (apenas tenía 17 años), tenía que calentar banquillo".
1 comentarios:
Joe todo un personaje desde luego. Sobretodo lo último que cuenta Higuera de no dar siquiera la alineación Es subir un nivel más...
Una pena el descenso de ese año. Entre que el equipo iba justito, malos arbitrajes y demás... y aun asi, hay que fijarse en penaltys contra el Barça en copa por ejemplo.
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