En anteriores entradas ya os he hablado de jugadores que estuvieron a punto de fichar por el Mallorca, como los casos de Ariel Cozzoni o Radu Niculescu. Hoy, siguiendo esa línea de fichajes frustrados en el último momento os voy a hablar de un sevillano y sevillista que estuvo a punto de fichar por el Mallorca en el verano de 1989. Se trataba del centrocampista andaluz Jesús Choya Ruiz, de 26 años en aquél entonces. El Mallorca había ascendido a Primera División por enésima vez tras superar al Español en la promoción de ascenso y no quería ser el equipo ascensor en que se estaba convirtiendo. Una vez más se hablaba en Palma de consolidar de una vez por todas al Mallorca entre la élite del fútbol español. Y para eso hacían falta buenos jugadores. Durante el verano el Mallorca se había hecho con los servicios de Covelo, Fradera, Serer, Calderón y Claudio.
Pero a Serra Ferrer aún le faltaba la guinda en el pastel, ese centrocampista creativo que permitiera que los espectadores del Lluís Sitjar disfrutaran aún más si cabe del juego de su equipo durante esa que se suponía difícil temporada del regreso a Primera. Para acabar de convencer a Contestí, Presidente del Mallorca, de la necesidad de un último fichaje, el primer partido de liga el Mallorca perdió 1-0 en el Sadar de Pamplona, demostrando poseer una firme defensa y un flojo ataque. Así que aprovechando el partido de Copa contra el Betis el 6 de septiembre, se pensaba en llegar a un acuerdo con el sevillista Choya para convertirlo en el último fichaje de la temporada.
Al día siguiente la prensa daba por hecho el traspaso de Jesús Choya al Mallorca a falta de que el jugador y el club barralet se pusieran de acuerdo. El acuerdo entre el Sevilla y el Mallorca era total, tal y como manifestaba el Presidente andaluz, el juguetero Luis Cuervas "Consultado nuestro técnico Vicente Cantatore este dejó bien claro que Jesús Choya podía ser traspasado". El problema surgía con el jugador, ya que su representante, Sánchez Sabater, quería sacar una buena tajada y pedía casi 15 millones (de pesetas) por temporada para el jugador, que estaba cobrando 10 en Sevilla y al que le restaban tres años de contrato con el club de Nervión. El Mallorca había cerrado el acuerdo con el Sevilla por unos 25 millones de pesetas.
Días después desde Sevilla llegaban noticias de Choya que esperaba que "esta cuestión acabe arreglándose porque a mí no me disgustaría jugar en el Mallorca, lo que ocurre es que todavía hay unos pequeños flecos económicos que faltan por perfilar". El 16 de septiembre los periódicos anunciaban el acuerdo total con el jugador, que jugaría las tres próximas temporadas en Palma y percibiría entre 50 y 60 millones de pesetas del Mallorca. A falta del reconocimiento médico oportuno (más en este caso porque Choya se había lesionado en la pretemporada) el jugador ya se consideraba un mallorquinista más. Tan es así que el miércoles 20 de septiembre el sevillano volaba hacia Mallorca para estampar su firma en el nuevo contrato y presenciar el partido del día siguiente conta el Betis de Copa del Rey.
Ya en Palma declaraba que "lo que puedo aportar al Mallorca es seriedad y trabajo en el centro del campo. En el centro del campo me he desenvuelto siempre en la posición central, aunque no descarto también poder jugar en cualquier lateral". Sin embargo, momentos antes de estampar su firma en el contrato que le uniría por tres temporadas al Mallorca, el mismo jueves por la tarde, hubo problemas. No se sabe si Contestí intentó una rebaja en el último minuto que no gusto a Choya o si Choya exigió más de lo pactado al Mallorca, lo cierto es que el jugador, a punto de ser presentado, dio la espantada y volvió a Sevilla. Al parecer los médicos del Mallorca le encontraron un problema en su rodilla derecha durante la revisión médica y podrían haber desancosejado su fichaje. El Mallorca, visto con el tiempo, se ahorró 80 millones en esa operación.
Un año y medio más tarde, en enero de 1991, Jesús Choya anunciaba haber llegado a un acuerdo con el Sevilla para rescindir su contrato y, ante los problemas crónicos de su rodilla, abandonar la práctica activa del fútbol. Al parecer un problema de artrosis había hecho que tanto en Mallorca como en Salamanca no hubiera superado las revisiones médicas. En definitiva Jesús Choya jugó 6 temporadas en el Sevilla y una a préstamo en el Figueres al inicio de su carrera.
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