Empiezo este blog haciendo referencia al partido que cito en los motivos que me llevan a crearlo. En esta ocasión hablo de la primera vez que pisé las gradas del Lluís Sitjar.
El domingo 26 de mayo de 1974 había amanecido soleado y nada hacía prever que unas horas más tarde el drama iba a rondar por el estadio mallorquinista... Bueno, en realidad no recuerdo que lloviera, así que seguramente hacía sol. Yo tenía a penas 6 años y fui con mi padre al Gol Sur. Recuerdo perfectamente que me senté sobre el muro y que no me enteré de casi nada. En realidad el resultado y la trascendencia del partido son cosas que descubrí muchos años después.
El campo no presentaba ni media entrada. El Burgos estaba ya condenado a jugar la promoción a Tercera División y no se jugaba nada en el envite. Para el Mallorca una derrota podía suponer tener que jugar la promoción de permanencia en Segunda División. En esta lucha, para la que quedaba solo una plaza por decidir, estaban inmiscuidos también el Córdoba, el Orense, el Baracaldo, el Sevilla y el San Andrés. El Córdoba le ganó 4-2 al Sabadell, el Orense empató 2-2 en el campo del Rayo Vallecano, el Baracaldo le ganó 2-0 al Deportivo de la Coruña, el Sevilla ganó 0-5 al Linares y el San Andrés derrotó 4-2 al Salamanca. Resultados que hicieron que fuera el Córdoba el que acompañara al Rayo Vallecano, al Sabadell y al Burgos en la promoción.
El Mallorca, dirigido por César, formó ese día con Campos, Cuiñas, Cortés, Taberner, Frigols, Niz, Urquía, Platas, Tinín, Blanco y Jiménez. Cáceres sustituyó a Tinín en la segunda parte. El gol del triunfo lo consiguió el Hondureño Urquía en el minuto veintitrés de la segunda parte y fue muy protestado por el equipo castellano al considerar que se había llevado el balón con la mano.
Al final el Mallorca evitó jugar la promoción, pero la temporada siguiente se verificó su descenso a Tercera División y el inicio de la etapa más negra de su historia.
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