La temporada 1979/1980 empezó la reconstrucción del Mallorca, fue una ardua tarea que acometió Miquel Contestí al frente de un grupo de entusiastas mallorquinistas. Ese año el Mallorca jugó en Tercera División y consiguió un histórico ascenso. En los treinta y ocho partidos de liga cosechó el Mallorca treinta y una victorias, de las cuales diecisiete consecutivas. El punto álgido de la temporada llegó en el primer partido de la segunda vuelta en que alcanzó el liderato tras derrotar al Poblense por 2-1 un día que el Lluís Sitjar rozó el lleno. El Mallorca de Antonio Oviedo, a final de temporada, a parte de ascender a Segunda B, había recuperado una masa social que se había ido perdiendo con el tiempo y las sucesivas vicisitudes vividas por el equipo barralet en temporadas anteriores.
Para celebrar el ascenso conseguido se programó un partido contra el Castilla, que militaba en Segunda División, el domingo 8 de junio de 1980 en el Lluís Sitjar. Cuatro día antes el Castilla había perdido la final de Copa contra el Real Madrid por 6-1. De ese día repetían alineación 7 jugadores. El partido, como casi todos los de homenaje, fue un bodrio de mucho cuidado. El Mallorca de Antonio Oviedo, que había renovado su contrato esa misma semana, jugó de inicio con Reus, Braulio, Chea, Calero, Sahuquillo, Silva, Mir, Jaume Bauça, Bonnín, Gallardo y Lizoain. También participaron los suplentes y algunos juveniles durante la segunda parte. Por parte del Castilla jugaron Recio, Felipe, Torres, Castañeda, Espinosa, Sánchez Lorenzo, Álvarez, Balín, Ramírez, Bernal y Cidón. Flores sustituyó a Felipe. Se adelantó el Mallorca en el minuto 21 cuando una entrada de Felipe a Lizoain es decretada como penalti por parte del colegiado balear Nadal, penalti que se encargó de transformar Sahuquillo. Empató el Castilla en el minuto 28 por mediación de un zurdazo de Cidón que no pudo detener Reus. Durante la primera parte el partido fue más entretenido, con escasas precauciones defensivas, pero la segunda parte, tras los cambios, el partido entró en un sopor infame. El Castilla demostró ser un buen equipo técnicamente, aunque llevó escaso peligro a la portería mallorquina.
Para la anécdota os pongo la alineación del Castilla del 4 de junio de la final de Copa del Rey: Agustín, Juanito, Herrero, Castañeda, Casimiro, Álvarez, Gallego, Bernal, Pineda, Paco (Sánchez Lorenzo) y Cidón (Balín). Decir también como anéctoda que, años después, Miguel Bernal fue jugador del Mallorca.
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