La temporada 1997/1998 había sido extraordinaria para el Mallorca B, quedando cuarto en su grupo de Segunda B y clasificándose por primera vez para disputar la fase de ascenso a Segunda División. El sorteo de grupos de ascenso no pareció ser muy benévolo con el filial mallorquinista pues quedó encuadrado en el grupo 2 con el Granada, el Athletic B y el Cacereño. En principio tres rivales que asustaban y que nos dejaban en las apuestas como los menos favoritos para el ascenso.
En la primera jornada de la liguilla de ascenso el Mallorca B sorprendió al Athletic B derrotándole por 1-2 en Lezama, con dos goles de Albert Luque, uno de ellos desde cuarenta metros. La primera sorpresa se había consumado. En la segunda jornada el Mallorca B recibía al Cacereño, equipo del que dio buena cuenta por 2-0 con goles de Josemi y Juanjo. En la tercera jornada el Mallorca B, por cosas del sorteo, volvía a jugar contra el Cacereño, esta vez en Cáceres y se trajo una trabajada victoria por 1-2 con goles de cabeza de Rubio y Raúl Valencia. El Mallorca B era el líder destacado, pero aún nadie daba crédito al ascenso. Sin embargo el calendario les era favorable pues le quedaban 2 partidos en casa, además, consecutivos. El primero de ellos les enfrentaba al Athletic B y fue despachado con un ajustado 2-1, con goles de Albert Luque y de Josemi. Cuatro de cuatro y derrotando al Granada en casa en la quinta jornada el Mallorca B sería equipo de Segunda División.
En Mallorca hay una gran colonia de granadinos. O por lo menos en los barrios por donde yo me muevo. De hecho al partido decisivo disputado el 21 de junio de 1998 en el Lluís Sitjar contra el Granada fui en compañía de alguno de ellos. Y la verdad es que por una vez me tocó reír a mí y llorar a ellos. Llorar figuradamente, porque en realidad ellos eran más del Real Madrid. El ambiente en las gradas era excepcional ya que, a parte de mis amigos, había una gran colonia de granadinos apoyando a su equipo en tan trascendental encuento. Al Granada solo le servía derrotarnos en los dos partidos que quedaban (el último de la liguilla era en su campo) mientras que al Mallorca B le bastaba con un punto en cualquiera de los dos partidos. Más de 10.000 espectadores poblaban las gradas del Lluís Sitjar. El Mallorca B de Jesús Linares formaba ese día con César Gálvez, Rondo, Vasco, Martí, Rubio, Raúl Valencia, Sastre, Gibanel, Josemi, Maldonado y Albert Luque. También jugaron Quetglas, Edu Serrano y Juanjo. El partido fue vibrante. A los 20 minutos Sastre adelantó al filial mallorquinista, en el minuto 31 el ex-jugador del Mallorca Manolo Moyá empató para los granadinos, en el minuto 43 fue José Luis Rondo el que puso nuevamente en ventaja al equipo mallorquín. Al descanso se llegó con ventaja local 2-1. En la segunda parte de nuevo Manolo Moyá en el minuto 57 devolvió las esperanzas al cuadro visitante. El propio Manolo Moyá tuvo el 2-3 en sus botas, pero no logró anotar el gol. Sin embargo, en vez de amilanarse, el Mallorca B se vino arriba tras ese error y Josemi Pérez en los minutos 61 y 80 llevó el delirio a la gradería del Lluís Sitjar poniendo al Mallorca B en ventaja de dos goles. En el minuto 83 Sergio acortó distancias para el Granada cuando el Lluís Sitjar era ya una fiesta celebrando el histórico ascenso del filial.
En la última jornada de la liguilla el Granada, en un partido intrascendente, derrotó al Mallorca B por 2-0 impidiéndole hacer el pleno de puntos en la competición.
0 comentarios:
Publicar un comentario