Hay partidos que marcan tendencias o, incluso, marcan temporadas. Un mal resultado te puede hundir en la tabla clasificatoria y un buen resultado puede elevarte la moral hasta tal punto de no abandonar las posiciones nobles de la tabla durante toda la temporada.
Uno de esos partidos fue el que el Mallorca disputó el 14 de septiembre de 1986 contra el Atlético de Madrid en el Lluís Sitjar. El Mallorca llegaba al encuentro de la cuarta jornada de liga después de haber empatado a cero contra Osasuna en el Sadar en el debut, haber empatado a uno contra el FC Barcelona en el Lluís Sitjar en la segunda jornada y haber ganado en el campo del Rácing de Santander 1-2 en la tercera jornada celebrada el miércoles anterior, con cuatro puntos y dos positivos, en sexta posición. Inmejorable para un equipo recién ascendido.
El Lluís Sitjar presentaba una entrada de gala para presenciar ese partido y la recaudación ascendió a 24 millones de pesetas. Ese día Serra Ferrer alineó a Ezaki, Izquierdo, Bernal, Bonet, Amer, Chano, Luis García, Higuera, Orejuela, Magdaleno y Trobiani. Tras el descanso Puskas sustituyó a Chano y en el minuto 81 San José a Izquierdo. El Atlético de Madrid de Vicente Miera puso en liza de entrada a Elduayen, Tomás, Arteche, Ruiz, Clemente, Sergio, Julio Prieto, Landáburu, Setién, Uralde y Llorente. Julio Salinas y Mínguez sustituyeron a Setién y Llorente en el transcurso de la segunda parte. Arbitró el guipuzcoano Urío Velázquez que fue el único que desentonó durante el partido por su precario estado de forma física.
El partido fue de los que no se olvidan fácilmente, con un fútbol de ataque y de calidad al que aquí no estábamos muy habituados. El Atlético de Madrid se puso en ventaja en el minuto 34 por mediación de Pello Uralde. Con ese resultado se fueron ambos equipos al descanso. La segunda parte fue un vendaval de goles. Antonio Orejuela igualó el partido en el minuto 51 rematando un balón dejado de tacón por Magdaleno. El Atlético de Madrid lejos de amilanarse volvió a ponerse en ventaja al sorprender Quique Setién, en una falta cometida por Amer que sacó con rapidez (aunque el balón no estaba parado al hacerlo, por lo que era un lanzamiento ilegal tal y como le protestaron al árbitro los jugadores mallorquinistas), al marroquí Ezaki Badou en el minuto 55. Cuatro minutos después el colegiado se inventa un penalti a favor del Mallorca por una supuesta falta a Orejuela dentro del área e Higuera no falla desde los once metros anotando el empate a dos. Espoleado por el penalti injusto los colchoneros vuelven a tomar ventaja en el marcador en el minuto 65 merced a un golazo de Paco Llorente tras driblar a Bernal y batir a Ezaki en su desesperada salida. ¿Partido terminado? Ni mucho menos. Fue entonces cuando el Mallorca sacó toda su casta y primero Luis García en el minuto 76 y luego Magdaleno con la ayuda del defensa colchonero Clemente en el minuto 86 le dieron la vuelta definitiva al marcador. 4-3 final y el delirio en el Lluis Sitjar, donde ni los más viejos del lugar recordaban un partido igual, igualando por tres veces un marcador adverso y volteándolo al final.
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