El sábado 13 de junio de 1987 pasará a la historia del Club como uno de esos días negros para olvidar. El Mallorca disputaba en Sarriá el partido de la penúltima jornada del play-off por el título con unas mínimas posibilidades, ganando el partido, de alcanzar un puesto que diera acceso a jugar la Copa de la UEFA del año siguiente, mientras que el Español tenía el tercer puesto ya asegurado. Todo fue negativo esa tarde-noche, desde el resultado de 5-0 a favor de los periquitos hasta la actuación del colegiado andaluz Abilio Caetano Bueno, que expulsó a 5 jugadores mallorquinistas. El partido llegaba caliente por la polémica que había mantenido Clemente con Serra Ferrer en el partido de la primera vuelta por una declaraciones fuera de tono del técnico periquito en las que calificaba el Lluís Sitjar como "una pocilga" y que, como es lógico, no habían sentado nada bien en Mallorca.
El partido empezó a calentarse en el primer minuto del mismo con una escalofriante entrada de Chano a Valverde que no mereció tarjeta para el árbitro, pero que encendió los ánimos del público y de los banquillos. El primer expulsado fue Higuera en el minuto 28 de partido, tras una larga consulta de colegiado con uno de sus jueces de línea, por dejar noqueado a Job mientras el balón estaba detenido. El segundo expulsado fue Hassan Faddil, que apenas llevaba diez minutos en el campo, en el minuto 61 por simular una falta y provocar al colegiado. El tercer expulsado fue Chano en el minuto 66 por una entrada por detrás a Pineda. El cuarto expulsado fue Pep Bonet en el minuto 71 por doble amonestación. El quinto y último expulsado fue Orejuela por increpar al colegiado protestando la expulsión anterior. El árbitro, muy chulo y provocador durante todo el partido, aún tuvo tiempo y bemoles para decretar 3 minutos de descuento estando el Mallorca con 6 jugadores.
Al final del partido Serra Ferrer lamentaba lo ocurrido aunque se quejaba de que algunas expulsiones no eran justas. Caetano Bueno indicaba que algunos jugadores del Mallorca le decían "corta ya, que estamos haciendo el ridículo" y que no era su récord de expulsiones ya que en un partido había llegado a expulsar a 14 jugadores. También dijo que no había suspendido el partido porque se podía seguir jugando hasta quedarse con tan solo un jugador. Clemente, por su parte, decía que Serra Ferrer se había pasado todo el partido llamándole asesino, hijo de puta y otras lindeces similares, así como que sus declaraciones se habían malinterpretado desde Mallorca.
Para la anécdota del partido el hecho de que se enfrentaban los dos hermanos Orejuela, uno en cada equipo.
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