Mallorca - F.K. Molde

Escrito el miércoles, 30 de septiembre de 2009 · 2 comentarios


"En Argentina esta derrota se define con una palabra: somos muy pelotudos, muy pelotudos, que en España quiere decir gilipollas, y por eso perdimos". Como Boabdil el Chico, Mario Gómez lloraba amargamente (y de paso insultaba a todo quisqui) tras el empate a uno contra el F.K. Molde que nos dejaba fuera de la Champions League de la temporada 1999/2000.

El miércoles 25 de agosto el nuevo estadio de Son Moix, que había sido inaugurado oficialmente cuatro días antes con derrota ante el Real Madrid, estaba preparado para vivir una fiesta del mallorquinismo. 18.000 espectadores esperaban que el Mallorca hiciera bueno el resultado de empate a cero obtenido en el partido de ida y, superando a los noruegos sin ningún problema en la tercera eliminatoria previa, certificara su pase a la fase de grupos de la Champions League. La baja más significativa estaba en la portería mallorquinista, en la que Germán Burgos no podría estar por no haberse recuperado de unas molestias en el gemelo que él definía así: "ayer no podía ni andar y hoy sí, aunque parezco el capitán de Moby Dick". La baja de Germán Burgos hacía que Leo Franco debutara en el primer equipo del Mallorca después de haberse pasado toda la temporada anterior alternando la suplencia de Roa con la titularidad en Segunda División con el Mallorca B. Tampoco podía contar el Mallorca con Biagini, lesionado, ni con Miguel Ángel Nadal que no había sido inscrito a tiempo para esta eliminatoria previa. Así que Mario Gómez alineó de entrada a Leo Franco, Olaizola, Fernando Niño, Siviero, Miquel Soler, Lauren, Engonga, Stankovic, Ibagaza, Carlos y Quinteros. En el minuto 60 Gabrich entró por Quinteros, en el 77 Chichi Soler por Carlos y, a la desesperada, en el 86 Diego Tristan por Engonga. Se quedaron sin participar César Gálvez, Carreras, Djokaj y Serrizuela. El árbitro italiano Stefano Braschi amonestó a Siviero, Ibagaza y Fernando Niño. Los noruegos de Erik Brastad se habían tomado el partido como un premio o unas mini-vacaciones de verano, ya que se habían desplazado a la isla con sus mujeres que, incluso, compartían habitación con los jugadores.


El Mallorca nunca llegó a cojer el hilo del partido. Empezó titubeante, con miedo y dudas y siguió así durante todo el partido. Parecía que el partido (y la eliminatoria) se encarrilaban cuando en el mintuo 21 Braschi señaló penalti por un empujón de Dos Santos sobre Carlos. Stankovic, como siempre menos en la final de Copa de 1998, no perdonó y subió al marcador el 1-0. Sin embargo el juego del Mallorca no mejoró ni yendo con ventaja en el marcador. Parece mentira, visto con la perspectiva del tiempo, que un centro del campo con Engonga, Ibagaza, Lauren y Stankovic no fueran capaces de crear juego. Ya en la segunda parte, cuando mejor estaba jugando el Mallorca, Mario Gómez se encargó, con su miedo, de facilitar la labor de los noruegos. El cambio de un delantero, Carlos, por un centrocampista, Chichi Soler, metió al Mallorca definitivamente atrás. Siete minutos después de ese cambio, Siviero se traga un balón colgado al área y Fernando Niño, en el punto de penalti, pone la mano. En la jugada consigue marcar el Molde, pero el árbitro Braschi se apiada de los bermellones y decreta penalti (y la expulsión de Niño). El delantero gigantón Lund no se apiada de Leo Franco (al que no recuerdo parando ningún penalti en toda su época como mallorquinista) y marca el empate a uno. La salida a la desesperada de Diego Tristán no arregla nada. En el minuto 94 Ibagaza lanza un córner y Leo Franco, que ha subido a rematar a la desesperada, consigue tocar el balón con la cabeza, pero va fuera. Braschi detiene el partido definitivamente en ese momento y Son Moix es un mar de lágrimas y de indignación contra Mario Gómez y los jugadores a los que despide con un sonoro grito de "fuera, fuera".

Ya en vestuarios, Mario Gómez los llama a todos pelotudos en la rueda de prensa. Antonio Asensio, propietario del Club, dice que "pecamos de conservadores, se tenía que haber ido a por un segundo gol". Vicente Engonga declara que "esto es un fracaso y debe servirnos para abrir los ojos". El entrenador del Molde dice que "es lo más grande que se ha conseguido en toda la historia del club" y "me gustaría que nos tocara el Manchester porque allí juega Solskjaer, que es muy popular en Noruega". El Mallorca, a parte del palo moral, recibió también un buen mazazo económico, pues al quedar eliminado de la Champions League perdió unos ingresos de más de 450 millones de pesetas. Ni siquiera la buena campaña que se hizo en la UEFA Cup, eliminando al Ajax o al Mónaco, sirvió para cicatrizar la herida de la eliminación.

Tal vez en el verano del 2001, al eliminar al Hajduk Split y poder participar por primera vez en la fase de grupos de la Liga de Campeones se cerrara la herida.

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Marcel Domingo

Escrito el viernes, 25 de septiembre de 2009 · 1 comentarios

Marcel Domingo, nacido en Salin de Giraud (Francia) el 15 de junio de 1924, como entrenador, era chauvinista, carismático, excelente psicólogo y buen motivador. Había entrenado al Español, Las Palmas, Lleida, Córdoba, Granada, Atlético de Madrid (con el que ganó una liga), Málaga, Elche, Burgos, Valencia, de nuevo al Atlético de Madrid, Niza y Betis. Posteriormente al Mallorca entrenó al Nimes, Arlesien y Hércules. Anteriormente a su etapa como entrenador había sido un excéntrico pero buen guardameta que defendió, siempre que podía vestido de amarillo, los palos del Atlético de Madrid y del Español.

Marcel Domingo, con 58 años de edad, es presentado como nuevo entrenador del Mallorca por lo que resta de temporada el 20 de noviembre de 1983, el mismo día que con Llorenç Serra Ferrer en el banquillo del Mallorca por primera vez el club bermellón cae derrotado por 0-2 frente al Real Madrid, al haber destituido el Mallorca a Koldo Aguirre tras perder un partido amistoso del trofeo Dijous Bo frente al Constancia por penalties. Sus primeras declaraciones no tuvieron desperdicio: "Si el Mallorca no tuviera plantilla suficiente no habría aceptado el cargo" y "Soy el mejor. Si en España los aficionados eligieran a los entrenadores, el ochenta por ciento de españoles me hubieran llamado".

Su debut en partido oficial se produjo tres días más tarde en partido de Copa del Rey contra el Barcelona Atlético en el Mini Estadi. Antes del partido Marcel declaraba que "tan solo tenemos una opción, ganar". Sin embargo ocurrió todo lo contrario, el Mallorca cayó derrotado 2-0 y eliminado de la Copa. Marcel, a pesar de todo, no lo veía negro: "puedo asegurarles que mi equipo se salvará, algún detalle habrá que corregir, pero insisto que estoy muy contento del juego de mi equipo", "yo de ustedes no enterraría al Mallorca".

Su primera alegría llega el miércoles 14 de diciembre de 1983 cuando su Mallorca consigue la primera victoria de la temporada al derrotar por 2-1 a la Real Sociedad en una noche espectacular de Barrera. Tras empatar 1-1 en el difícil campo de La Romareda Marcel decía que "nos hemos puesto al nivel de los mejores equipos de España. No creo que haya muchos que logren arrancar un empate de La Romareda". El equipo parecía estar reaccionando tras la llegada del vehemente técnico francés. Sin embargo, una semana después, en el primer partido de la segunda vuelta el Salamanca vuelve a dejar en crisis a los bermellones y Marcel Domingo finaliza una agitada rueda de prensa post-partido en el viejo Lluís Sitjar con un puñetazo en la mesa y una amenaza para los periodistas: "a pesar de todo voy a salvar al Mallorca".

Marcel Domingo era un hombre que no entendía de paños calientes y declaraba cosas impensables en el fútbol actual refiriéndose a sus propios jugadores, frases como que "la forma de entender el fútbol por parte de Estella no encaja en mis esquemas". Tras conseguir el empate a uno en el Camp Nou no tuvo reparos en declarar que si él fuera el entrendor del Barça la liga sería "un paseo, ¡oigan! un paseo". Tras empatar 1-1 en casa frente al Atlético de Madrid criticó abiertamente al portero: "A Zubeldía le ha faltado autoridad en las salidas y los despejes".

Tras una serie de empates en casa, el Mallorca vence por 0-3 en el Molinón al Sporting y el domingo siguiente frente al Valladolid se jugará uno de esos partidos denominados "finales". El Mallorca empata a uno en el famoso partido en que la pared del foso del fondo sur se viene abajo y el gol polémico del Polilla Da Silva para los pucelanos. El partido es escandalosamente mal pitado por Sánchez Molina y Marcel Domingo estalla ante los periodistas: "el arbitraje español es una mierda", "aquí los árbitros buenos solo para el Madrid y el Barcelona. ¿Y nosotros qué? ¿somos una mierda o qué?". De resultas de ese partido el Comité de Competición le puso 10 partidos de sanción, 7 por zarandear a un linier y 3 por provocar la animosidad del público. Al conocer la sanción Marcel declaró pendenciero que "si en el fútbol español no hay justicia yo me la buscaré por otro lado". El Comité de Apelación ratificó días después la sanción, con lo que Marcel debió ver desde entonces los partidos desde la grada.

El 8 de abril de 1984, tras perder por 2-0 en Málaga, el Mallorca certificó su descenso a Segunda División. Ni Marcel Domingo había podido salvarlo. El 3 de mayo de 1984 el Mallorca le comunicó oficialmente que no contaba con él para la siguiente temporada. Como no podía ser de otra forma debido a su carácter, se despidió de la isla con algunas perlitas como "cuando llegué apenas si teníamos 15 balones para entrenar y carecíamos de porterías portátiles" y "no se puede hablar de formalidad de los directivos ya que es la tercera vez desde que entreno en España que no cumplen su promesa de renovarme el contrato". Sus números en la liga con el Mallorca fueron de 3 victorias, 11 empates y 8 derrotas.

Marcel Domingo se sentó por útlima vez en el banquillo del Mallorca el 9 de junio de 1984, en el partido de vuelta de los cuartos de final de Copa de la Liga en el Nou Camp, en que el Mallorca fue derrotado por penalties por el F.C. Barcelona. Y se despidió a lo grande con un "¡No me digan que he trabajado mal! Hagan un análisis del Mallorca de Koldo Aguirre y del equipo que dejo, en plena forma. Ya estoy cansado de que no se valore mi trabajo por culpa de lo mismo: cojes un equipo malo, de pacotilla, que no vale un duro, lo transformas y nadie te lo agradece. Me ocurrió en el Betis, en el Atlético de Madrid y ahora en el Mallorca. Allí tampoco han sabido apreciar mi trabajo. Me marcho disgustado porque no se han portado bien conmigo quienes tenian que hacerlo".

Y se dio media vuelta y se alejó mientras repetía "¡Au revoire!" "¡Au revoire!" como aquél que ya nunca más ha de volver a un lugar.

Sobre él, Paquete Higuera contaba años después que "recuerdo que nos hacía correr en Santa Ponça y algunos jugadores se escondían detrás de los matorrales porque como Marcel estaba viejo, no podía seguirles. Los momentos antes de los partidos eran un verdadero show, Marcel no explicaba ninguna táctica ni nada parecido, se limitaba a decir salgan a jugar y ni siquiera daba la alineación. Había jugadores que se ponían la camiseta de titular (antes los titulares llevaban del 1 al 11) porque llegaban primero y yo, como era el más joven (apenas tenía 17 años), tenía que calentar banquillo".

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Dusan Petkovic

Escrito el jueves, 24 de septiembre de 2009 · 1 comentarios


Lo malo de tener un padre futbolista es que siempre te van a comparar con él. Ilija Petkovic fue un gran futbolista yugoslavo que entre 1968 y 1974 defendió 43 veces la casaca yugoslava. A parte se convirtió en un ídolo en el OFK de Belgrado, club al que defendió en 417 partidos anotando 68 goles. Además, como no solo de fútbol vive el hombre, en sus ratos libres tuvo tiempo de completar estudios en ciencias económicas.

Está claro que teniendo un padre así, Dusan Petkovic, nacido el 13 de junio de 1974 en Belgrado, lo iba a tener difícil siempre. Como no podía ser de otra forma, nuestro aguerrido jugador que traemos a la palestra hoy, empezó su carrera de la mano de papá en el OFK de Belgrado, club en el que entre 1992 y 1995 jugó 26 partidos anotando su primer gol profesional. Su percha física, o sea, el ser un armario ropero de 191 centímetros de altura le condenaron a una vida como defensa, que casi siempre es menos agradecida que la de delantero goleador.

Como ya he explicado mil veces en este blog, el Mallorca 1995/1996 era una mezcla entre la ONU y un vodevil, con jugadores que entraban y salían de la plantilla de un día para otro. En estas, en los primeros días de enero de 1996, el intermediario y representante de jugadores José María Minguella informó a Víctor Múñoz y Pichi Alonso que tenía en su cartera a un joven y prometedor jugador yugoslavo de apellido Petkovic. Supongo que ni hizo falta aclararles que no se trataba del conocido como "Rambo" Petkovic, si no otro con menos aspiraciones. Al parecer a ambos les entra por los ojitos el espigado mozo yugoslavo y, con 21 años, desembarca en Mallorca donde es presentado el 4 de enero de 1996. Procedente del OFK de Belgrado llega cedido hasta final de temporada. En el Mallorca es utilizado mayormente como pivote defensivo, debutando el mismo día que Zoran Masic, el 21 de enero de 1996, en partido contra el Osasuna. En mi memoria aún resuenan las palabras de cierto comentarista técnico muy conocido en la isla y en el San Francisco sobre todo (vale, es Pep Sansó), en una retrasmisión radiofónica desde el Salto del Caballo de Toledo el 18 de febrero de 1996 cuando en una victoria por 0-4, en la que era la tercera aparición del yugoslavo con el Mallorca, aseguró muy asombrado por las evoluciones de Petkovic en los apenas 20 minutos que estuvo sobre el terreno de juego que "aquest tio és boníssim". Solo consiguió hacerse con la titularidad en los cuatro últimos partidos de liga, pero al llegar el momento decisivo de la temporada, la promoción de ascenso contra el Rayo Vallecano, los entrenadores decidieron no darle ni un minuto. Con el Mallorca disputó 12 partidos, 7 de los cuales apareciendo desde el banquillo. En los 540 minutos de los que dispuso demostró ser un jugador fuerte y que no se arrugaba ante los rivales, ímpetu que le supuso recibir dos tarjetas amarillas. Sin embargo todo esto no le sirvió para continuar en el club bermellón. Según Víctor Muñoz, "problemas personales que debe resolver" le dejaron fuera del stage de pretemporada de Arhem (Holanda) la temporada siguiente. Y, definitivamente, no debió poder resolverlos ya que volvió al OFK de Belgrado donde disputó 16 partidos anotando 3 goles la temporada 1996/1997.


En 1997 hizo las maletas y se largó a Japón a jugar en el Yokohama F. Marinos, quién sabe si para huír de la sombra alargada de su padre. Allí en dos años disputó 12 partidos en la J-League anotando 1 gol, dejando claro que el sushi y el sake no es lo suyo. Y de nuevo vuelta a casa, al OFK de Belgrado, donde entre 1999 y 2001 juega 32 partidos anotando 4 goles. En julio de 2001 le llega la posibilidad de seguir su carrera en Alemania y el espigado chaval no se lo piensa. Ficha por el VFL Wolfsburg, club en el que debuta en partido oficial el 11 de agosto de 2001 con derrota por 4-0 en el campo del Borussia Dortmund, recibiendo una tarjeta amarilla a los 27 minutos del poco afortunado debut. Ese año a penas juega 4 partidos y la temporada siguiente es cedido al 1 FC Nuremberg, donde disputa 22 partidos anotando 2 goles. La temporada 2003-2004 la inicia de nuevo en el VFL Wolfsburg, pero el ostracismo al que es sometido le lleva a finalizar la temporada en Rusia, en el Spartak de Moscú, donde en 12 partidos anota 2 goles. Al año siguiente nuestro querido trotamundos del fútbol vuelve a casa, al OFK de Belgrado, donde juega 5 partidos anotando 1 gol.

En el verano de 2006 se disputa el Mundial de Alemania. Serbia se ha clasificado para el evento con Ilija Petkovic en el banquillo. El delantero Mirko Vucinic se lesiona en el Europeo Sub-21 de Portugal cuando había sido seleccionado también para disputar el Mundial. Petkovic, tal vez empujado por la sangre, convoca el 21 de mayo de 2006 a su hijo Dusan Petkovic para sustituir al delantero. Esta decisión no es entendida ni compartida por la prensa serbia. Primero por sustituir a un delantero por un defensa y segundo por ser el defensa quien es. Ilija se defiende diciendo que Dusan es un jugador versátil que puede dar rendimiento en varias posiciones. Dusan Petkovic había sido ya 7 veces internacional, demostrando lo barato que es ser internacional serbio, produciéndose su debut el 13 de diciembre de 2000 en un partido amistoso contra Grecia que acabó con empate a uno, dándose la curiosidad (para el mallorquinismo) que el gol plavvi lo anotó Angelos Basinas en propia puerta. Dusan Petkovic no aguanta la presión a que es sometido por la prensa durante la fase de preparación del Mundial, a pesar de ofrecer un buen rendimiento durante los partidos amistosos previos (llegando incluso a anotar algún gol) y renuncia a jugarlo. Decisión de la que se ha arrepentido el resto de su vida "es el sueño de cualquier jugador, si el seleccionador hubiera sido cualquier otro y no mi padre, me habría quedado". Así fue como Serbia afrontó el Mundial con un jugador menos al no poder sustituir a Petkovic. Por cierto, menos reparos tuvo el croata Niko Kranjcar en disputar dicha competición siendo su padre Zlatko el seleccionador croata.

La temporada 2006/2007, para ahogar las penas en el frío, volvió a la liga rusa para jugar en el Saturn de Moscú, equipo en el que en 10 partidos jugados no consiguió anotar ningún gol. En agosto de 2007 estuvo a prueba en el New England Revolution de Boston de la MSL, pero no llegó a estampar su firma con los pupilos de Steve Nicol al lesionarse en su segundo entreno y ser descartado. Desde entonces es un agente libre que, con 35 años, bien debe estar pensando ya en una digna retirada.

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Zoran Masic

Escrito el martes, 22 de septiembre de 2009 · 0 comentarios

Nuestro gran atleta (aunque no de Cristo) de hoy nació el 2 de enero de 1969 en la fría y aún comunista ciudad de Belgrado. Se nota que desde pequeño fue una persona muy cabezota, pues en lugar de dedicarse al atletismo, para el que sin duda estaba mejor dotado, quiso probar fortuna en el mundo del balompié. Sus primeros (y a la postre mejores) pasitos los dio en el Omladinski Stadium de Belgrado con la camiseta blanquiazul del OFK de Belgrado, o sea el Omladinski Fudbalski Klub, lo que traducido al cristiano sería algo así como Club de Fútbol de la Juventud de Belgrado. Allí disputó su primera temporada como profesional, la 1992/1993, participando en 36 partidos y anotando 13 goles. Sin embargo, sus buenos números no permitieron a su equipo ser más que undécimo al final de la primera liga de la República Yugoslava, lo que le costó a los de Belgrado, por un puesto, el descenso a la liga B para la temporada 1993/1994. Esa temporada Masic sigue con su progresión y anota 14 goles en 24 partidos, siendo pieza básica del campeonato de liga B y del ascenso a la liga A obtenido por el tercer equipo de Belgrado.


Fue esa buena progresión (y no solo en carrera) la que debió llamar la atención de los técnicos del Estrella Roja de Belgrado, que lo fichan ese verano de su vecino capitalino. En el Estrella Roja, la temporada 1994/1995 disputa 6 partidos anotando 3 goles (en la foto el cuarto de la fila central por la izquierda). Sin embargo no encuentra sitio entre los rojiblancos y debe hacer las maletas hacia Grecia, donde se enrola en las filas del Panionios de Atenas. Allí empieza su peripecia por el mundo mundial y el descenso de su rendimiento anotador, que no como velocista. En 28 partidos disputados a penas consigue anotar un gol. Un pobre balance para pensar en una vuelta triunfal a Belgrado. Sin embargo consigue acomodo en la plantilla del Estrella Roja a principios de la temporada 1995/1996, participando en 6 partidos en los que consigue anotar un gol.

El Mallorca 1995/1996 no está respondiendo a las espectativas creadas. El equipo de Mané, que ha sustituido a Irulegui, se pasea por la zona media-alta, pero sin dar de sí todo lo que el Presidente Beltrán desea. Por eso se lanza a la caza de refuerzos en el mercado de invierno. El delantero búlgaro Petar Mitharski abandona el equipo en diciembre, en parte debido a que si se le quiere retener toda la temporada se deben abonar más de 50 millones de pesetas al CSKA de Sofía y en parte a su nulo rendimiento y se le busca un refuerzo de garantías. El Mallorca se ha fijado en dos delanteros argentinos: Juan Abaurre del Godoy Cruz de Mendoza y Diego Klimowicz del Instituto de Córdoba. El secretario técnico Pep Bonet y el entrenador no se ponen de acuerdo sobre cuál comprar. En este punto aparece en escena la tercera vía, el yugoslavo Zoran Masic. Y, al ser su contratación menos complicada, se va a por él. Masic es presentado en Palma el 12 de enero de 1996 y llega cedido hasta final de temporada por el Estrella Roja de Belgrado. La principal característica de este delantero de 1'85 metros de altura es la velocidad. Lástima que no haya podido rescatar para la posteridad las primeras declaraciones del yugoslavo a la prensa local.

Masic debuta en el Mallorca en un partido amistoso disputado el 18 de enero contra el Tennis Borussia Berlin que acaba con empate a dos y en el que anota un gol. Su debut oficial se produce tres días más tarde, cuando en el minuto 69 del partido que disputa el Mallorca en el Lluís Sitjar contra el Osasuna sustituye a Stankovic. Esa domingo por la mañana, un milagroso gol de Morales en los últimos minutos, aprovechando un fallo clamoroso de Masic en el remate, salva la cabeza de Mané. Vistiendo la camiseta bermellona solo anota dos goles, ambos en el partido que empatamos a dos en Logroño y que nos aleja casi definitivamente del ascenso directo. Curiosamente en ese partido el Mallorca viste de blanco. Al final consigue disputar 580 minutos en 15 partidos con la camiseta bermellona, siendo totalmente intrascendente su paso por la delantera mallorquinista. Aunque muestra detalles de buen jugador (y mejor velocista) no son suficientes para que el Mallorca, con objetivos superiores, intente quedárselo en propiedad en la temporada en la que, finalmente, conseguirá el ascenso a primera división.

Tras abandonar el Mallorca por la puerta de atrás, ficha por el Écija, embarcado también en la dura Segunda División. Allí no le van mucho mejor las cosas que en Mallorca y a penas consigue jugar 493 minutos en 7 partidos sin anotar ningún gol. Así pues, en el año 1998, decide probar la vía China, o sea, irse a jugar a la liga China en el Sichuan Quanxing (este nombre que lo traduzca Rita), donde en 14 partidos anota 2 goles, contribuyendo así (pobremente, diría yo) al quinto puesto final de su equipo. Ocho años después ese equipo desaparece, pero parece ser que nada tuvo que ver nuestro querido Zoran Masic en el asunto. La temporada 1998/1999 vuelve a su querido OFK de Belgrado, pero como tantas veces ocurre con los jugadores inquietos, a penas un año después ya hace de nuevo las maletas para recalar en la isla mediterránea de Chipre, quién sabe si nostálgico de Mallorca. En Chipre juega la temporada 1999/2000 en el Apollon de Limasol 22 partidos anotando 13 goles, quedando su equipo quinto clasificado. La temporada 2000/2001 juega en el Ethnikos Achnas FC 12 partidos anotando 2 goles, club que cinco años más tarde, en 2006, consigue su mayor gloria al vencer la Copa Intertoto, claro que sin nuestro protagonista de hoy, que, al parecer, abandona el fútbol profesional en Chipre al acabar el año 2001 en sexta posición de la liga chipriota.

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Una de laterales derechos

Escrito el domingo, 13 de septiembre de 2009 · 2 comentarios

El Mallorca había entrado en una profunda crisis durante la temporada 1994/1995, habiendo quedado muy lejos de los puestos de ascenso a Primera División. En el inicio del verano de 1995 el club estaba preparando otro proyecto poco ambicioso con Josean Irulegui como entrenador. Por eso, el fichaje del vasco Javier Olaizola el 14 de julio de 1995 por dos temporadas, procedente del Eibar, con un paso anterior por el Burgos en donde había debutado en Primera División, pasó casi desapercibido en los mentideros futbolísticos. Se suponía que venía a disputarse la titularidad con Julián Ronda, pero que la lucha iba a estar muy nivelada. Y, sobre todo, que ambos eran jugadores de segunda fila. En resumen, un fichaje nada ilusionante que, en su presentación, no dejó más que los tópicos habituales de los futbolistas recién llegados "el objetivo del Mallorca no puede ser otro que la Primera División y yo soy un hombre ambicioso".

La temporada 1995/1996 se hizo con la titularidad, pero ni siquiera el desembarco del Grupo Z, con Beltrán a la cabeza y multitud de jugadores hicieron posible el ascenso a Primera División. Sin embargo su duelo con Julián Ronda fue vencido con rotundidad por el vasco, 34 partidos jugados por 20 del mallorquín.

La temporada 1996/1997, la del histórico ascenso en Vallecas, a Javier Olaizola le cambiaron la pareja de baile. Ese año debería ganarse el puesto ante el experimentado Luis María López Rekarte. Y de nuevo salió victorioso del desafío ya que acumuló 31 partidos jugados por 11 del ex del F.C. Barcelona, convirtiéndose en una pieza clave del ascenso. Algunos partidos, el entrenador Víctor Muñoz apostó por una alineación más ofensiva, jugando José Manuel Colmenero como lateral, pero, incluso esos días, Olaizola seguía jugando, aunque en el puesto de central.

La temporada 1997/1998, con Cúper al frente del equipo, Olaizola encontró una "autopista" en su puesto ya que al principio de esa temporada era el único lateral derecho específico que había, aunque Mena, Eskurza o Paco Sanz pudieran desempeñarse en esa posición. En el mercado de invierno llegó el serbio Milan Milijas, procedente del Zemun de Belgrado por 250 millones de pesetas, para competir con el vasco. Un fichaje que el mismo Cúper se encargó de descalificar antes de llegar "yo no he pedido a ese jugador". Sin embargo el lateral derecho estuvo ocupado en 37 de los 38 partidos por Olaizola y, el único partido que se perdió, su puesto fue ocupado por Mena.

La temporada 1998/1999 Olaizola ya era de los jugadores más queridos por la afición. Y demostró que no iba a ser nada fácil quitarle el sitio. De hecho, al principio de la temporada volvía a ser el único lateral derecho específico, ya que a Milijas se le había dado pasaporte durante el verano hacia Málaga. Así que nuevamente se vio el Mallorca necesitado de firmar otro lateral en el mercado de invierno. Y esta vez lo encontró en Italia, concretamente en Udine, donde estaba Mauricio Héctor Pineda, mundialista con Argentina el año anterior en Francia, competición en la que, incluso, logró anotar un gol. Pineda debutó en el lateral derecho el 7 de febrero de 1999 en Montjuic por la acumulación de amonestaciones de Olaizola. Y aunque tuvo tres apariciones más con el conjunto bermellón, esa fue la única vez que usurpó el lateral derecho a Olaizola. El resto de partidos los disputó, bien como lateral izquierdo, bien como interior. Y si alguna vez le daba a Cúper por ser más arriesgado poniendo a Lauren de lateral, Olaizola se desplazaba al centro de la derfensa antes que al banquillo. Así pues, a final de temporada, Olaizola disputó 36 partidos y Pineda 4.

La temporada 1999/2000 el Mallorca de Fernando Vázquez (mejor no tener en cuenta los dos partidos de Mario Gómez) se vio en la necesidad (ejem) de fichar otro lateral derecho para el banquillo. Y esta vez el elegido fue el deportivista Armando Álvarez, que nuevamente tuvo que claudicar ante el vasco Olaizola. Olaizola, capitán del equipo, participó en 37 partidos por 17 de Armando. El reinado de Olaizola en el lateral derecho no parecía tener fin.

La temporada 2000/2001, con Luis Aragonés en el banquillo, de nuevo se vivió el mismo duelo entre Olaizola y Armando, siendo de nuevo el gran capitán el ganador por una abrumadora diferencia de 36 partidos jugados contra 14 del de Colmar (Francia). Ni que decir tiene que Olaizola, a parte de capitán, era ya ídolo de la afición mallorquinista por su raza, pundonor, sacrificio y, sobre todo, por ser uno de los pocos defensas de la liga española al que le cometían más faltas de las que cometía.

La temporada 2001/2002, con Armando Álvarez haciendo las maletas hacia la capital para jugar en Segunda División con el Atlético de Madrid, Olaizola, en el Mallorca de Krauss, Kresic y Llompart, siguió en la titularidad cómodamente. No tenía el Mallorca en su plantilla recambio efectivo en el lateral derecho y, los pocos partidos que no disputó Olaizola, se tuvo que inventar un lateral, bien con Cristian Díaz a pierna cambiada, bien con Campano retrasando su posición. Así pues Olaizola disputó 34 partidos sin competencia.

La temporada 2002/2003 supuso la llegada de Gregorio Manzano al banquillo mallorquinista en su primera época. Y, de paso, el inicio del fin de dos mitos. Tanto Olaizola como Miquel Soler dejaron de contar para el de Jaén, prefiriendo en sus posiciones a dos nuevos fichajes como David Cortés y Poli Fernández. Por supuesto que esta decisión acarreó muchísima polémica durante toda la temporada. Polémica que se cerró gracias al regular (¿irregular?) rendimiento en la liga y la Copa del Rey levantada en Elche por primera vez en la historia. Ese día Olaizola, que no jugó ni un minuto, se sintió ninguneado por Nadal quien, a la hora de levantar el trofeo, llamó antes a Chichi Soler para ayudarle que a él. Tampocó ayudó nada la lesión que se produjo Olaizola a principios del mes de diciembre, una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, tras caerle encima MakaayCortés disputó esa temporada 30 partidos y Olaizola 12. No había demostrado Cortés ser mejor que el vasco, en todo caso más desordenado, más rápido, pero peor defendiendo. Aunque Manzano no lo entendió así y le dio la titularidad al pacense.

La temporada 2003/2004 fue la última de Olaizola en el Mallorca. Luis Aragonés, en su segunda etapa en el Mallorca, sustituto de Jaime Pacheco, refrendó la decisión que un año antes había tomado Gregorio Manzano y le otorgó la titularidad a David Cortés. De esta forma Cortés disputó 32 partidos y Olaizola 15.

Asío fue como, el 14, el gran capitán, él vasco, Javier Olaizola Rodríguez, con 34 años y 272 partidos de liga jugados con el Mallorca, finalizó su carrera profesional. En su lucha particular por el lateral derecho batió a Julián Ronda, López Rekarte, Milijas, PinedaArmando. Solo David Cortés y la necesidad de rejuvenecer la plantilla (sic) consiguieron dejarle en el banquillo, en una de las decisiones más polémicas de la última década en el seno de la familia mallorquinista

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André Zakari Lambo

Escrito el sábado, 12 de septiembre de 2009 · 1 comentarios

Nuestro protagonista de hoy nació un cálido 14 de mayo de 1976 en Dosso, pequeña ciudad de Níger que se encuentra a unos 140 kilómetros al sudeste de su capital Niamey. En la antigüedad esa ciudad era la capital del Reino de Dosso.

Sus primeros pasos futbolísticos nos conducen al JST Niamey, o, como mejor dirían ellos, la Jeunesse Sportive du Teneré de Niamey, club de la capital de Níger. Un equipo que no conocería la gloria de un título liguero hasta el año 2000, bastante después de que Lambo los abandonara a principios de los años 90. Porque nuestro amiguito, de culo inquieto, pronto, antes de cumplir los veinte años, dio el salto a la más poderosa liga de Burkina Faso para enrolarse en las filas del Etoile Filante de Ouagadougou. Es de suponer que allí pudiera ganar sus primeros títulos, tal vez el doblete del año 1993 y disputar sus primeras participaciones en Competiciones Africanas (¿esto se dirá así?) en la African Cup of Champions Club en las que los burkinafaseños nunca pasaron de la primera ronda. No me pidais goles y partidos en esos primeros años africanos porque, incluso para mí, hay datos insondables.

Sin embargo, como la red de espías del fútbol europeo no tiene límites, el Ajax de Amsterdam de Louis Van Gaal se fijó en él, pero no pudo fichar por los holandeses debido a que tuvo problemas para conseguir el permiso de trabajo. Sin embargo, unos polacos intrépidos decidieron dar un toque de color a su liga y ficharon al bueno de Zakari para el Hutnik de Cracovia, quiero decir el KS Hutnik Krakov. Allí se instaló en el verano de 1994, dejando atrás amigos y familia (se supone) y cambió el calor de Níger por el frío de Polonia. En Polonia jugó dos temporadas en Primera División, antes de cumplir los 20 años, en las que anotó 13 goles en 38 partidos. Llamando la atención, al parecer, de numerosos ojeadores extranjeros.

Entre ellos a Raúl Longhi, tercer entrenador del Mallorca, que se fijó en ese proyecto de delantero de Níger, físicamente muy fuerte y prometedor. Así pues, Zakari Lambo, en el tórrido julio de 1996, hizo nuevamente las maletas y se marchó a la aventura española. Aunque poco tengan que ver los paisajes mallorquines con los de su Dosso natal, seguro que la temperatura sí se asemejaba más a lo que él conocía que la de la fría Cracovia. Sin embargo, para fastidio de nuestro protagonista de hoy, nada más aterrizar en Palma vio como le llevaban a Holanda de pretemporada, en concreto a la localidad de Beekberger, donde Víctor Muñoz Manrique, entrenador mallorquinista, podría evaluarlo junto al ghanés Baba Sule, que también se encontraba a prueba, y otros veinticuatro compañeros más. En principio Víctor Muñoz había solicitado un delantero goleador al presidente Beltran, Diego Klimowicz era el elegido, pero por cuestiones muy ajenas a su voluntad tuvo que conformarse con Lambo durante la pretemporada. El de Níger debutó con la camiseta roja el 26 de julio de 1996 en partido amistoso contra el AZ67 (lejos de las glorias actuales, pues acababa de ascender a la Primera División Holandesa), partido que terminó con victoria mallorquinista merced a un gol de penalti de Stankovic. Según las crónicas el debut de Lambo fue prometedor, pues era un delantero de gran calidad.

A la vuelta del stage el Mallorca debía enfrentarse a su más dura prueba de pretemporada, el Trofeo Ciutat de Palma. En la primera semifinal el Mallorca se enfrenta al F.C. Barcelona y, a pesar de que se adelanta con un gol de Valverde, acaba derrotado por 1-3. Lambo debe ver todo el partido desde el banquillo. Dos días después va a tener su última oportunidad con los bermellones en el partido por el tercer y cuarto puesto frente al Sporting. Lambo disputa los noventa minutos. Según las crónicas se muestra bullicioso, tanto que es incluso amonstado por el colegiado Soberats Mas. El Mallorca pierde 1-3 ese partido. Sin embargo, las múltiples quejas que recibe el equipo por su mala actuación en el Ciutat de Palma, que según el presidente Beltrán ha hecho perder al Mallorca un montón de abonados y de dinero, hacen imposible el fichaje del joven de Níger, reo de la necesidad de un delantero contrastado por parte del cuerpo técnico del Mallorca. Así abandona Lambo, sin pena ni gloria, el club bermellón a penas un mes después de haber aterrizado y el Mallorca acaba fichando a Obiku como su delantero de referencia.

Como quiera que se encuentra en España y que Barcelona no está tan lejos de Mallorca, decide probar fortuna también en el filial del Barça, de donde es descartado por su entrenador Juande Ramos pocos días después.

Por fin, para la temporada 1996/1997 encuentra acomodo en la liga belga, en el KSC Eendracht Aalst, donde en dos temporadas juega 33 partidos y anota 7 goles. Después juega, sucesivamente, en Alemania en el VFR Mannheim, nuevamente en Bélgica en el UR Namur, en Polonia, otra vez en su querido Hutnik la temporada 2001/2002, y finalmente vuelve a Bélgica donde se desarrollará el resto de su carrera: RFC Tournai, KVC Zwevegem Sport, KVK Ieper y Koninklijk Eendracht Wervik, equipo en el que podría haber colgado las botas este mismo verano. No es de extrañar que, con el tiempo, adquiriera la nacionalidad belga.

Su paso por la selección de Níger se cuenta por veinte partidos disputados y quince goles anotados.

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Sobre esto

NO PUEDO ASEGURAR UN RITMO CONSTANTE DE ESCRITURA, HAGO LO QUE PUEDO CUANDO PUEDO. PACIENCIA. SALUD.


Hay cosas que intento olvidar pero no puedo. Mi memoria me persigue. Soy seguidor del Real Club Deportivo Mallorca desde el año 1980. Soy tan idiota que soy capaz de recordar goles, alineaciones, partidos y anécdotas varias de todos estos años. Mi novia dice que si hicieran un concurso sobre la historia y anécdotas del Mallorca lo ganaría sin ninguna duda. Pero yo creo que hay gente que sabe mucho más que yo. Y, además, soy tan tonto que mi única pena es no haber visto jugar a mi equipo en la mítica campaña de Tercera División. Yo me incorporé en Segunda B, aunque de niño recuerdo haber visto mi primer partido en el Lluís Sitjar el 26 de mayo de 1974, un famoso (¿solo para mí?) Mallorca - 1 Burgos - 0 de la última jornada de esa temporada en el que nos jugábamos salvarnos de la promoción de descenso a Tercera Divisón. Aunque tengo buena memoria, para algunas fechas y datos tengo que tirar de hemeroteca. Espero que disfrutéis conmigo de este viaje por mi historia ...

¿Un partido memorable?

Nick Hornby, en su libro "Fiebre en las gradas", radiografió perfectamente los 7 ingredientes que un partido de fútbol puede tener para que pase a tener la consideración de memorable y pase a engrosar la lista de partidos que se recuerdan para siempre. Puede aparecer un solo ingrediente o varios juntos.
1. Goles. Tantos como sea posible que uno recuerda mejor un 7-1 que un 1-0.
2. Lamentables errores arbitrales. Y mejor que mi equipo sea la víctima de los mismos, le da más dramatismo.
3. Un público bullicioso. Por ejemplo, el calor de la grada al remontar un 0-2 es algo incomensurable.
4. Condiciones meteorológicas adversas. El barro, la lluvia, el frío extremo hacen los partidos más heróicos.
5. Que el rival falle un penalti. Y si es decisivo, mejor.
6. Que un jugador contrario sea expulsado. Siempre que no sea demasiado pronto, porque esas deslucen el partido.
7. Algún tipo de incidente desgraciado. Y aquí entramos en un resbaladizo terreno moral.

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