Ya. Que no sabéis de quién os estoy hablando. Que no os suena de nada y que es la primera vez en vuestra vida que escuchais hablar de este tipo. No os preocupeis, es normal. Incluso a mí (al que algunos catalogariais de enfermo) me costó recordarlo.
Florencio Villalba Bogado, nació en Caaguazú (Paraguay) el 22 de abril de 1969. El 17 de agosto de 1990 aterrizó en Palma dispuesto a comerse Europa como tantos y tantos sudamericanos habían hecho ya anteriormente. Lo que no vino fue muy informado ya que lo que él pensaba era que llegaba cedido por una temporada con opción a compra. Sin embargo en el Mallorca, con Serra Ferrer en el banquillo, tenían otros pensamientos que pasaban por la superación de una prueba para que se quedara en la isla. Al llegar, Villalba aseguraba que su media de goles era de 15 por temporada y, también, declaraba lo de casi siempre en la era pre Internet, mostrándose "muy satisfecho de venir a Mallorca porque sé que es un club de Primera División española, aunque no tengo excesivos informes porque a Paraguay no llegan demasiadas noticias”. Pero, como ya he dicho antes, en el tema del contrato no parecía que el Mallorca y él hubieran hablado el mismo idioma: “vengo con la intención de quedarme. En principio se ha hablado de que estaré como cedido durante una temporada y con opción a compra en la siguiente. ¿Si ya está confirmado? Sí, claro, a mí me han hablado de esa forma, que todo está hecho, que están conformes y que me quedaré durante una temporada". Villalba, tirando también de tópicos (¿hay algo más aburrido que una rueda de prensa de un futbolista?) se definió como “un delantero centro rápido y técnico que no suelo desaprovechar los balones que me llegan" (que traducido sería algo así como "si me la ponen en la línea de gol para empujarla, no la fallo nunca").
Serra Ferrer, que estaba buscando el tercer extranjero de la plantilla que completara la tripleta junto a Ezaki y a Vulic, lo dejó claro: “A este chico no le he visto jugar pero viene avalado por muy buenos informes. Tendremos ocasión de verlo actuar en alguno de los partidos de este torneo (por el Ciudad de Palma) y después decidiremos sobre su futuro. Nuestro problema actual es que buscamos una cosa concreta, un tipo de futbolista muy determinado y por eso estamos insistiendo, sin precipitaciones". En el Torneo Ciudad de Palma de 1990 debutó con la camiseta del Mallorca el paraguayo Villalba. Jugó la segunda parte de la semifinal frente al Legia de Varsovia y la prensa dijo de él que "Nadal tuvo que asumir el papel de rematador porque Villalba ayudaba, pero tampoco merodeaba por el área". En el partido final fue titular frente al Real Madrid, pero fue sustituído en el descanso (y eso que perdíamos ya 0-1) sin ofrecer ni una mínima pincelada de buen juego o de ser un delantero oportunista y rematador. El 23 de agosto tuvo una nueva oportunidad, esta vez en el Estadio Mahonés frente a los titulares. El Mallorca venció (en los últimos minutos) 1-3 al conjunto de Segunda B y Villalba anotó el empate a uno momentáneo aprovechando varios despejes erróneos de la zaga mahonesa. Tres días más tardes, en el último partido de la pretemporada, Villalba salió en el segundo tiempo sustituyendo a Guillermo. El Mallorca derrotó por 0-2 al Ibiza con dos goles de Nadal, pero Villalba volvió a pasar totalmente desapercibido.
A horas de iniciarse el campeonato Serra Ferrer hacía balance de la pretemporada y de su plantilla. Hablaba del delantero centro, o sea, de Villalba: "Hay que puntualizar algunas cosas. Entre ellas, que no se le ha hecho una ficha sino un contrato un tanto especial para tener tiempo de sobra para poder opinar. Quizá en este momento no es el hombre indicado para ocupar la tercera plaza de extranjero, pero lo que sí creo es que el club no se ha equivocado en firmarlo. Progresará, estoy convencido de que Villalba acabará siendo futbolista. Todo lo que tiene es innato y a este chico todavía no lo han pulido, no lo han trabajado. Tengo un buen presentimiento con él. Es un delantero centro, un finalizador de jugadas, no un media punta. Yo le he visto detalles que me han agradado profundamente. No nos hemos precipitado". Sin embargo Villalba no fue fichado por el Mallorca y tuvo que volverse a Paraguay. Y su vida deportiva tampoco es que estuviera plagada de éxitos a nivel internacional.
Años después, en marzo de 1993 fichó por el Burgos cedido por el Olimpia de Asunción hasta final de temporada. Disputó 6 partidos con los castellanos no consiguiendo ver la portería contraria en ninguna ocasión (en partido oficial). Lógicamente con su aportación no pudo salvar la Primera División. Digamos que era del tipo de futbolistas que dejan titulares rotundos en la prensa, tal y como se ve en la imagen.
Al parecer tuvo una larga carrera, de la cual no he obtenido muchos datos. Se retiró en 2006 vistiendo la camiseta del Sport Colombia de la Segunda División Paraguaya a los 37 años de edad. En 2005 fue nombrado técnico deportivo, iniciando después de la retirada su carrera como entrenador de la que, al parecer, puede ir viviendo todavía.