Quiero ser como Ibagaza

Escrito el miércoles, 28 de marzo de 2012 ·

En el verano de 2003 el Mallorca se quedó sin Ariel Miguel Santiago Ibagaza. No fue algo nuevo, no fue una pérdida repentina. Su traspaso al Atlético de Madrid fue la noticia de todo el verano, pretemporada incluída. Tal es así que incluso Ibagaza disputó los dos partidos de la Supercopa de España de 2003 frente al Real Madrid, siendo su último partido el miércoles 27 de agosto. Cuatro días después fue presentado en el Vicente Calderón como nuevo jugador rojiblanco. Se acababa así la primera época de Ibagaza en el Mallorca. El Mallorca se había hecho con los servicios del charrúa Martín Ligüera y del brasileño Nené para contrarrestar la pérdida del argentino, pero a lo largo de la temporada se vio que la contratación de ambos distó mucho de ofrecer el nivel de fútbol que el cañito había ofrecido a la parroquia bermellona. Para la siguiente temporada, la 2004/2005 siguieron los intentos de sustituír a Ibagaza por parte de Nando Pons. En ese verano se fichó a Juan Arango y a Marcos Vales como teóricos "pasadores" o jugadores capaces de dar ese mágico último pase. Pronto se vio que las cualidades del venezolano no eran las del pase "filtrado" y que Marcos Vales era un pufo de mucho cuidado. Otro año con el centro del campo más perdido que un hijoputa en el día del padre.

En estas llegó el mes de enero y había que seguir a la búsqueda del Ibagaza II. El filial mallorquinista, esa temporada en el grupo I de la Segunda División B, también lo estaba pasando mal. Los (pocos) goles de Enric Pi y de Víctor Casadesús y la inexperiencia de muchos de sus jugadores estaban pasando factura y los problemas clasificatorios eran evidentes a mitad de temporada en un filial que esa temporada llegó a utilizar hasta a 33 jugadores diferentes, entre ellos a unos juveniles imberbes todavía como Pau Cendrós, Carlos Carmona o Dani Benítez (en aquél entonces conocido como Dani González); o a otros que, a su manera, han llegado a hacer camino en el fútbol profesional como Xisco Campos, Rafita Ramos, Baltasar Rigo o Guillermo Bauzà "Bussy". Total, que en enero llegaron nuevos fichajes y, entre ellos, llegó un pequeño jugador francés llamado Johan Etienne Anthony Cavalli. Cavalli, con sus 170 centímetros cautivó enseguida a los seguidores del filial con su juego dinámico con la pierna izquierda y su capacidad para dar el último pase. El Mallorca ya había intentado su contratación en el verano anterior, pero el alto precio puesto por el Creteil (y que su padre fuera su entrenador en el Creteil) impidió que el traspaso se concretara, y el jugador y el Mallorca debieron esperar hasta enero para firmar una cesión hasta fin de temporada. En sus seis meses en el B disputó 15 partidos anotando 5 goles. ¡Por fin! El jugador frances de 22 años había superado las oposiciones de Ibagaza. Johan Cavalli había nacido en la capital corsa, Ajaccio, el 12 de septiembre de 1981. Crecido en la famosa escuela del Nantes, en el año 2002 había debutado con el Lórient en la Ligue 1 francesa, año en el que el club bretón, además de un descenso de categoría, consiguió alzarse con la Copa de Francia, lo que le permitió a Cavalli disputar la Copa de la UEFA 2002/2003. En la temporada 2003/2004, con el objetivo de sentirse más protagonista, jugó con el Créteil-Lusitanos de la Ligue 2 y anotó 6 goles en 30 partidos. Cuando llevaba media temporada siguiente disputada con el conjunto francés y 5 goles ya anotados, Nando Pons le echó las redes y se lo trajo cedido hasta el 30 de junio para reforzar al Mallorca B.

La semana del 11 al 17 de abril de 2005 fue subido por Héctor Cúper para que entrenara con el primer equipo junto a Vïctor Casadesús. El Mallorca estaba en una situación desesperada, casi agónica, a once puntos de la salvación y Cúper ya avisaba que "iba a recurrir a gente del filial como revulsivo". Prueba de ello habían sido las convocatorias de Carmona y Camacho en las jornadas anteriores. La prensa especulaba con que podía sustituir a De los Santos (que no podía jugar por una clausula de su contrato de cesión) en la línea medular mallorquinista acompañando a Farinós en el decisivo partido contra el Valencia del domingo siguiente. Cavalli declaraba durante esa semana que estaba "súper contento e ilusionado con la posibilidad de jugar en el primer equipo, tení­a ganas de jugar con el Mallorca hace ya mucho tiempo". Además esa semana se daba la circunstancia de que cumplía ciclo de 5 tarjetas y no podía jugar con el Mallorca B,  pero esa circunstancia no le impedía jugar con el primer equipo. Al final es Felipe Melo (también conocido por Malo) quien forma tándem con Farinós y Johan Cavalli presencia los 90 minutos del empate a cero frente al Valencia del 17 de abril de 2005 desde el banquillo junto a Alberto Cifuentes, Iván Ramis, Bernardo Romeo, Yoshito Okubo, Marcos Martín y Jorge López. Su camiseta número 29 quedará como una preciada y rara reliquia de esa temporada. Víctor Casadesús, por su parte, tiene más suerte y consigue disputar los 90 minutos. Cúper, poco amante de los gestos de cara a la galería, no le permite ni disputar un solo minuto, ni siquiera el descuento, y eso que solo efectúa dos de los tres cambios que le permite el reglamento. No volvió a ser convocado para el primer equipo y, además, el Mallorca B acabó perdiendo la categoría.

Al abandonar el Mallorca, enfadado porque Cúper no le dejara ni debutar, fichó por el Istres de la Ligue 2 de Francia gracias al buen hacer de Xavier Gravelaine, mánager general del club de la Provenza. En el mercado de invierno de 2006 volvió a hacer las maletas y probó fortuna en el Watford inglés, por aquel entonces en la Premier League. Liberado de su contrato en Inglaterra por el descenso del Watford, Cavalli se encuentra sin equipo (está probando con el Standard de Lieja y el Zulte Waregen) hasta que en octubre de 2007 ficha por el RAEC Mons de la Jupiter League belga. Al finalizar la temporada en Bélgica vuelve a la Ligue 2 gala, a las filas del Nimes, equipo cuyo entrenador era su padre Jean-Michel Cavalli. Héroe de la salvación del Nimes en su primera temporada, al cesar a su padre en noviembre de 2010 Johan Cavalli también abandona el club y vuelve a su Córcega natal y firma contrato con el AC Ajaccio, con el que asciende a la Ligue 1. En la actual temporada, para el periódico francés L'Equipe es, a la fecha, el segundo mejor centrocampista del campeonato. En su madurez futbolística parece ser que se ha asentado en su Ajaccio natal y su pierna zurda hace ahora las delicias del estadio François-Coty.

1 comentarios:

Gontxo dijo...
28 de marzo de 2012, 22:46  

Bueno, en primer lugar me alegro ver el retorno con fuerza. Se disfruta mucho, desde los resumenes a artículos como este.

Desde luego,s e podría hacer un artículo con los sustitutos de Ibagaza, que no cuajaron hasta el propio retorno del Caño. Luego, Jurado, el idiota de Borja Valero o incluso De Guzman han dado más luz. PEro yo si me acuerdo mucho de Cavalli.

Le fui a ver de hecho a Vallecas que ganó el Mallorca B 0-1. Era con mucha diferencia el mejor del equipo, más calidad, gol, clase... También destacaba Victor y parecía que en esa 2ª vuelta, tras una increible remontada el filial lograría la permanencia, que luego le ha costado años regresar a 2ªb. También tengo muy fresco ese partido contra el Valencia. Coincidía con un Madrid-Barça y se fue la luz en la penya. Nos quedamos oyendolo en un transistor. No lo ví. jajajaja. Sé que apuntaba a titular y al final se quedó sin debutar.

Hombere, su carrera no ha sido nada del otro mundo, pero son de esos nombres que quedan en el imaginario colectivo como oportunidades perdidas. Aún se habla maravillas de Delibasic y nunca más volvió a jugar en 1ª hasta este año...

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Hay cosas que intento olvidar pero no puedo. Mi memoria me persigue. Soy seguidor del Real Club Deportivo Mallorca desde el año 1980. Soy tan idiota que soy capaz de recordar goles, alineaciones, partidos y anécdotas varias de todos estos años. Mi novia dice que si hicieran un concurso sobre la historia y anécdotas del Mallorca lo ganaría sin ninguna duda. Pero yo creo que hay gente que sabe mucho más que yo. Y, además, soy tan tonto que mi única pena es no haber visto jugar a mi equipo en la mítica campaña de Tercera División. Yo me incorporé en Segunda B, aunque de niño recuerdo haber visto mi primer partido en el Lluís Sitjar el 26 de mayo de 1974, un famoso (¿solo para mí?) Mallorca - 1 Burgos - 0 de la última jornada de esa temporada en el que nos jugábamos salvarnos de la promoción de descenso a Tercera Divisón. Aunque tengo buena memoria, para algunas fechas y datos tengo que tirar de hemeroteca. Espero que disfrutéis conmigo de este viaje por mi historia ...

¿Un partido memorable?

Nick Hornby, en su libro "Fiebre en las gradas", radiografió perfectamente los 7 ingredientes que un partido de fútbol puede tener para que pase a tener la consideración de memorable y pase a engrosar la lista de partidos que se recuerdan para siempre. Puede aparecer un solo ingrediente o varios juntos.
1. Goles. Tantos como sea posible que uno recuerda mejor un 7-1 que un 1-0.
2. Lamentables errores arbitrales. Y mejor que mi equipo sea la víctima de los mismos, le da más dramatismo.
3. Un público bullicioso. Por ejemplo, el calor de la grada al remontar un 0-2 es algo incomensurable.
4. Condiciones meteorológicas adversas. El barro, la lluvia, el frío extremo hacen los partidos más heróicos.
5. Que el rival falle un penalti. Y si es decisivo, mejor.
6. Que un jugador contrario sea expulsado. Siempre que no sea demasiado pronto, porque esas deslucen el partido.
7. Algún tipo de incidente desgraciado. Y aquí entramos en un resbaladizo terreno moral.

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